Edificacion

viernes, 21 de mayo de 2010

El Llamado Del Líder: Dones Ministeriales Por el Dr. Robert Frost


El programa de Dios para la Iglesia envuelve el equipar a todos los miembros a fin de que sean dispensadores del ministerio. Según Efesios 4:11, 12, los dones del liderato, tales como apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro, son dados para equipar a los miembros de la Iglesia a fin de que sean dispensadores de la obra del ministerio.

El fruto y los dones del Espíritu de Dios, capacitan a los líderes de la Iglesia para el cumplimiento de su “llamamiento” o ministerio en el Cuerpo de Cristo. Como ya ha sido señalado, es para equipar a miembros para que se conviertan en ministros. Con ese llamado, Dios hace disponibles el poder y la autoridad para llevarlo a cabo.

El Espíritu Santo viene sobre nosotros para darnos poder y autoridad. De hecho, la palabra “sobre”, cuando va relacionada con el Espíritu Santo, casi siempre se refiere a los deberes y autoridad divina.

EL MINISTRO: SU PODER Y AUTORIDAD ESPIRITUAL


Jesús: Cabeza De La Iglesia
La Cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo. La autoridad de la Iglesia viene de su Cabeza. Jesús dijo que toda autoridad, en el cielo y en la tierra, le había sido dada. (lea Mateo 28:18).

Note de los siguientes pasajes de la Escritura, cómo el poder y la autoridad divina de Cristo están relacionadas con la presencia del Espíritu Santo “sobre” Él:

“Y el Espíritu del Señor descansará sobre Él. El Espíritu de sabiduría, de comprensión, de consejo, de poder, de conocimiento y temor de Dios. Su deleite será obedecer al Señor. No juzgará por lo que vea y oiga, sino por lo que es justo y correcto. Defenderá a los pobres y a los desvalidos” (Is 11:2-4).

“Mira a mi Siervo, al que yo sostengo. Es mi Elegido y en Él me deleito. He puesto Mi Espíritu sobre Él. Traerá justicia y verdad a las naciones… Llevará la justicia a todos los que han recibido mal” (Is 42:1, 3).

“El Espíritu del Señor está sobre Mí. Me ha ungido y llamado para llevar las buenas nuevas a los pobres y a los que padecen mal. Me ha enviado a consolar a los que tienen el corazón quebrantado; a liberar a los que están heridos; a abrir los ojos de los ciegos… Porque Yo, el Señor, amo la justicia” (Is 61:1, 8).


“Y el Espíritu Santo descendió sobre Él… Entonces Jesús volvió a Galilea lleno del Espíritu Santo y bajo Su poder… Y la gente se quedó sorprendida ante su enseñanza porque Su palabra era con autoridad y poder… Con esa autoridad y poder dijo a los espíritus inmundos que salieran – y salían” (Lc 3:22; 4:1, 14, 36).

El Espíritu Santo, en los versículos anteriores y en los posteriores, es representado como una túnica o manto regio sobre Jesús. Fue “envuelto en” (vestido con) poder y autoridad.

2. Vestidos Con Poder De Lo Alto
Lucas 24:49, es una maravillosa promesa para usted y para mí: “Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto”

El “hombro” en el versículo de la Escritura que aparece abajo, se refiere a la responsabilidad y autoridad divina, el derecho y la capacidad (autoridad y poder) para gobernar: “Y el gobierno estará sobre Su hombro… Su gobierno de paz aumentará y no terminará nunca” (Is 9:6, 7).

“Y Yo lo vestiré con tu túnica y fijaré tu cinturón en torno de Él. Daré tu autoridad y gobierno real en Su mano. Y la llave [gobierno] de la casa de David descansará sobre Su hombro… Sí, colocarán sobre Él honor y todo el peso del deber real para la casa de su padre” (Is 22:21, 22, 24).

Fue esta clase de gloria, honor y poder, lo que les fue dado a Adán y Eva en la creación. Habían sido creados a la imagen de Dios y “vestidos” con autoridad divina. Deberían gobernar sobre toda la tierra bajo la inmediata dirección de Dios.

Sin embargo, cuando cayeron en el pecado, perdieron sus “túnicas reales” de justicia recta. Satanás se apoderó de su derecho a gobernar y reinó sobre el mundo hasta que Jesús vino.

En la cruz fue privado de su poder y llevado a la derrota. Cristo fue el vencedor y reconquistó el derecho de reinar sobre el mundo que le había sido dado al hombre, devolviéndoselo de nuevo (Lea Hebreos 2:14, 15).

Jesús fijó firmemente esta verdad en las mentes de Sus discípulos con estas palabras: “Todo poder y autoridad en el cielo y en la tierra Me ha sido dado… Como el Padre Me ha enviado, así os envío Yo… En verdad, Yo os enviaré la promesa de Mi Padre sobre vosotros. Así que, esperad en Jerusalén hasta que seáis vestidos con poder desde lo alto… Porque todos vosotros recibiréis poder después que el Espíritu Santo venga sobre vosotros” (Mt 28:18; Jn 20:21; Lc 24:49; Hch 1:8).

3. Bajo Autoridad
Por la palabra del Señor y el poder de Su Espíritu se nos ha dado autoridad sobre los espíritus malos e incluso sobre el mismo diablo (Lea Lucas 10:19). Santiago explica claramente esta verdad en su epístola: “Someteos a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros” (Stg 4:7).

La palabra “someterse” en la lengua griega del Nuevo Testamento, es un término militar. Significa “estar en filas bajo”: colocarse bajo la autoridad de un oficial de rango superior. Aquellos que están en autoridad deben colocarse bajo autoridad.

Cuando nos colocamos “bajo” la autoridad, esa autoridad viene “sobre” nosotros. Hablamos y actuamos en el poder de esa autoridad, no en la nuestra.

La misma verdad se aplica a la autoridad espiritual. Cuando nos colocamos bajo la autoridad de Jesús, Su autoridad viene sobre nosotros. Cuando hablamos Sus palabras y obedecemos Sus órdenes, el poder de Su Espíritu respalda nuestras acciones. Estamos hablando y actuando en Su lugar. Él está hablando y actuando a través de nosotros. No es de extrañar que el diablo tiemble y huya.

OTROS MINISTERIOS MENCIONADOS POR PABLO


Además de los cinco dones básicos para el ministerio mencionados arriba, Pablo incluye otros ministerios para los miembros, los cuales, caen dentro del programa de entrenamiento para:

·     Ministrar al Señor
·     Ministrar los unos a los otros
·     Ministrar al mundo (no creyentes)

Estos son los siguientes: (Lea Romanos 12:6-8 y 1 Co 12:28, 29).

1. Sirviendo Y Ayudando
Esto se refiere a los servicios prácticos en la comunidad local. Incluirá el oficio de diácono pero incluye también muchas otras actividades.

2. Exhortación
“Exhortar” significa animar, inspirar, advertir e informar al pueblo de Dios. El propósito de este ministerio, es animar a los creyentes para que adoren, trabajen, guerreen y testifiquen para el Señor. El “exhortador” pone fuego en nuestra fe.

3. El Ofrendar (Dar)
Este ministerio envuelve el ofrendar o dar de los bienes terrenales de uno (usualmente dinero) para el sostén de la obra de Dios. El dador debe ser honesto, sincero y humilde. Tiene que ser sensible al Espíritu y dotado de sabiduría. Sólo entonces podremos ofrendar la cantidad correcta, a la gente correcta, en el momento correcto y por las razones correctas.

4. Administración (Gobierno)
Este ministerio se refiere a dirigentes sabios, fuertes y amorosos que conocen cómo planear, organizar, entrenar y establecer presupuestos, a fin de rendir cuentas a la iglesia. Envuelve la estructura y organización necesarias para supervisar los asuntos de la iglesia (Lea Hechos 6:3).

5. Misericordia
Este ministerio requiere simpatía, un sentimiento de cuidado hacia los demás y sabiduría para saber lo que hay que hacer. La sabiduría está unida a la acción práctica.

Es un llamado que no sólo se ocupa de las necesidades prácticas, sino que trae fe, esperanza y amor hacia los que necesitan ayuda. Hay una gran necesidad en el Cuerpo de Cristo de tales “agradables ángeles de misericordia” (Lea Santiago 2:13-16).

6. Milagros Y Sanidades
Los milagros muestran el poder de Dios y prueban Su presencia. Su propósito es señalarles a los no creyentes hacia Dios y edificar la fe de los santos. Son señales del amor divino en acción a favor de aquellos que están en necesidad. Estos ministerios preparan el camino para el evangelio de la gracia de Dios.

Los dones de sanidades (plural en los manuscritos griegos originales) existen para suplir el poder sanador de Cristo a los que están enfermos.

Es una bendición tener estos dones funcionando en las vidas de los creyentes.


MÁS MINISTERIOS EN EL CUERPO DE CRISTO


Hay otros muchos ministerios que son apoyados por la Escritura. Con una poca de imaginación podemos añadir otras funciones a nuestra lista.

1. Intercesión
La oración y el ayuno en favor de otros han sido siempre poderosos, aunque a menudo se hagan a un  lado, ministerios en la Iglesia.

2. Hospitalidad
Una cálida bienvenida en un hogar cristiano ha sido de gran bendición a muchas vidas. Muchos ejemplos pueden ser encontrados en la Escritura.

3. Visitación
Podemos llevar el amor de Dios a otros cuando no pueden venir hasta nosotros. Debemos visitar a los enfermos, las personas de edad, los solitarios e incluso los que están en prisión, pues Jesús desea que los alcancemos a todos.

4. Preocupación Social
Dios desea con gran ahínco que alcancemos a los pobres y a los necesitados, a los que han sido expulsados o rebajados. Él puede tocarlos sólo a través de nosotros.

5. Literatura
El poder de la palabra escrita es muy grande. Dios ha dado el don de escribir a muchos. Se extiende desde las cartas personales hasta la publicación de artículos y libros. Requiere mucho esfuerzo pero las recompensas son grandes.

6. Medios Modernos De Comunicación
Se han realizado muchos avances en radio, películas, televisión y otros campos de comunicación. Estos son métodos modernos mediante los cuales podemos testificar. Dios ha dado capacidad y entrenamiento a creyentes que desea utilizar de manera creativa. Si no nos movemos en estas áreas para Dios, el diablo estará encantado de tomar nuestro lugar.

7. Arte
El favor que Dios ha dado a la música cristiana, ha sido una gran bendición durante años. Es hora de que otras formas artísticas vuelvan plenamente al santo propósito de Dios. Pueden ser tocadas por el Espíritu de Dios para ayudarnos a enseñar, a enriquecer nuestra adoración y mejorar nuestro testimonio para el mundo. Ya no será el arte por amor al arte, sino el arte para la gloria de Dios.

8. Reconciliación
“Reconciliar” significa unir en paz a aquellos que han sido enemigos. En primer lugar, por supuesto, está la paz de una persona con Dios.

Después, es necesario estar en paz los unos con los otros. Esto es verdad de una manera muy especial en la Iglesia. La hostilidad y la contienda entre creyentes es como una dolorosa herida en el Cuerpo de Cristo. No es extraño que las Escrituras declaren: “Bienaventurados los pacificadores...”.


Reino de los Cielos

PENSAMIENTOS FINALES SOBRE EL MINISTERIO PERSONAL


Es fácil ver que muchos de los ministerios mencionados anteriormente se complementan entre sí. Una sola persona puede tener más de una función en su servicio para el Señor.

Además, un ministerio puede llegar a convertirse en el fundamento sobre el cual otro edifica. Felipe, el “siervo” fiel, más tarde se convirtió en Felipe el “evangelista” en llamas (Compare Hechos 6 y 8).

Todos nosotros tenemos un llamado en el Cuerpo de Cristo. Empecemos donde estemos, con lo que tenemos, AHORA. El Espíritu Santo, nuestro divino Ayudador, proveerá el fruto y los dones que necesitamos para nuestro llamado.

Es deber nuestro “cultivar” o desarrollar el fruto volviéndonos al Espíritu de Dios durante los tiempos difíciles. Y tenemos que aprender a “sobresalir” o hacer las cosas bien en lo que al uso de los dones espirituales se refiere. Nuestro deseo es llegar a ser siervos buenos y fieles del Señor Jesucristo.

El ministerio personal es descubierto y desarrollado mejor dentro de la comunión de una iglesia local llena del Espíritu. Bajo una dirección sabia y amorosa, encontraremos nuestro lugar y función en la familia de Dios. De esta manera, la Iglesia de Jesucristo se hará más fuerte y más sólida.

Entonces, estaremos listos para servir al Señor, los unos a los otros y a todo el mundo.




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