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sábado, 10 de abril de 2010
"Llamados para ser siervos"
Todo creyente tiene un llamado de Dios, quien nos salvó y nos llamó con “llamamiento Santo” no conforme a nuestras obras sino según el propósito suyo. 2 Timoteo 1:9
I. ¿QUE ES EL LLAMADO?
El llamado es una invitación a que vivamos según la voluntad de Dios durante nuestra permanencia en la tierra.
II. ¿QUIENES SON LLAMADOS?
1. Todos son llamados.- Efesios 4:4 dice “… como fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación”. Hay muchas vocaciones naturales (médicos, abogados, músicos...) de igual forma “todo” cristiano tiene un llamado o vocación espiritual (profeta, pastor, diácon…), esto no esta sujeto a la disposición o criterio de la iglesia sino que es la norma de la Palabra de Dios.
2. No hay lugar para excusas.- El Señor nos dice: (de Jeremías 1:5-10); No digas que soy joven o no se hablar; No digas que no tengo educación tecnológica o estoy casado; No preguntes ¿quien soy? El promete que si obedecemos su llamado habrá bendiciones abundantemente (Gen. 12:1-4). Dios también dice: “porque a todo lo que te envíe irás tu, y dirás todo lo que te mande” Jer. 1:7
III. ¿COMO DEBEMOS RECIBIR EL LLAMADO?
1. Debemos reconocer que él nos está llamando.
2. Debemos aceptarlo de corazón.
3. Debemos prepararnos.
4. Debemos renunciar a lo que nos separa del llamado (pecado)
IV. LLAMADO, PREPARACION Y SEPARACION
1. Hay un tiempo de preparación luego del llamado y antes de la separación para el ministerio.- Luego del llamado inicial a la salvación viene la preparación. Ser apartado para el ministerio; se da en el momento en que Dios reconoce públicamente la vocación, ministerio o llamado de una persona derramando sobre él la unción para llevar a cabo su propósito.
2. La preparación precede a la separación.- La separación; regula el curso de la vida del cristiano. Para darse esta, antes se debe transformar o cambiar el viejo hombre. Una buena preparación garantizará un buen ejercicio del ministerio.
3. Jesucristo fue preparado.- Jesús fue preparado por Dios durante treinta años para luego comenzar su ministerio. Cuando fue bautizado; se escuchó la voz de su Padre que dijo: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”
4.- La separación no está condicionada a una preparación secular.- En Hechos 13 : 1 – 3; Pablo y Bernabé se encontraban rodeados de alta personalidades pero a Dios le plació llamarlos a ellos y no a los demás, a pesar de que los otros tenían preparación y posiciones sociales (escogió lo más vil...).
5.- Este privilegio es para todos.- Dios nos ha escogido de en medio de tantas personalidades importantes “para el mundo”. Un día estábamos en Egipto (pecado) pero ahí estaba el Señor con nosotros preparándonos para luego ser sus llamados (tomemos como base Jeremías 1:5)
V. ENEMIGOS DEL LLAMADO (2 Tim. 2:14-26)
Desde el momento en que uno se dispone a servir a Dios, las fuerzas del mal y la oposición prueban el compromiso, resistencia y paciencia del servidor. Tengamos en cuenta los siguientes obstáculos que podrían destruir nuestro llamado.
1. Rechazar la exhortación (V.14) No aceptar un llamado de atención o exhortación que viene de parte de Dios a través de alguien, lleva a actuar conforme a nuestra voluntad. Al entrar el orgullo, se evita que Dios nos ayude a tener una buena conducta, capacitada para servir al Señor y a los hombres.
2. No tener una conciencia ante Dios y los hombres (V.15) Para mantener una conciencia sana, se debe cumplir con fidelidad la responsabilidad que se nos ha delegado a través de la iglesia.
3. Utilizar palabras ociosas (V.16-17) El servidor o diácono debe ser cuidadoso en sus expresiones al dirigirse hacia los demás. Salmos 119:11 nos exhorta a aprender la Palabra de Dios la cual es un poderoso freno al pecado.
4. Desviarse de la verdad (V.18) Es acomodar la Palabra de Dios de acuerdo a mi propia voluntad e interés. Esto trastorna la fe. Proverbios 14:12 dice: “hay caminos que al hombre le parecen derechos pero su fin es camino de muerte”.
5. El pecado (V.19,22) Todo aquel que ha sido llamado o cualquiera que invoque el Nombre del Señor debe apartarse de iniquidad (pecado).
6. El orgullo (V. 23-25) El siervo de Dios no debe ser orgulloso ni contencioso. No debe reñir, diputar ni dejarse llevar por impulsos naturales. Debe vencerse a si mismo demostrando amabilidad con la gente. Con mansedumbre ha de servir y dejarse corregir por aquellos que Dios ha colocado sobre él.
CONCLUSIÓN:
Todos los hijos de Dios somos “llamados a ser siervos”. Luego de una debida preparación para el servicio; él “aparta” y unge al siervo en su debido tiempo. Dios respalda a quienes han de trabajar para él según la vocación que él mismo ha dado.
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