Mi Jesús hay tanto
Que tengo que aprender
Y tanto que Tu
Me quieres enseñar
Que solo yo
Te doy mi corazón
Tu con tus dulces manso
Podrás empezar a moldear
Cambiando aquellas cosas
Que me dañan
Cambiando mi manera de pensar
Abriendo mis ojos
Que están ciegos
Haciendo mis oídos escuchar
Y a este corazón endurecido
Sensible a Tu presencia
Dispuesto a obedecer
Y andar contigo.
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