Edificacion

viernes, 8 de enero de 2010

EL PLACER DE LA OBEDIENCIA

Considere esta historia. Antes de salir para el trabajo una mañana, un padre dice a su hijo, "Enderece su habitación, saque la basura, y barra la entrada." Cuando papá vuelve a casa, el hijo explica su enfoque para el lista de tarea: "Bien, papá, el tacho de basura estaba solamente medio lleno. Y, pensé que nadie vería mi habitación. Pero limpié la entrada, justo como usted dijo."

¿Cuántos de tratan a Dios del mismo modo nosotros? Nos le acercamos con las justificaciones y las peleas en lugar de lapropuesta.

Muchas personas asocian la obediencia con criar a niños - particularmente cuando ven uno se comportar mal. La propuesta para la voluntad de Dios, sin embargo, es importante en cada etapa de la madurez de un creyente. Cuando nuestra fe crece, la obediencia se hace una piedra angular del compañerismo con nuestro Father. A través de él(ella/eso), nos enseña más sobre su amor y preceptos mientras nos dibuja más cerca de sí.

Curiosamente la madurez física puede disminuir nuestra obediencia. Un creyente adulto puede decirse que ha aprendido a vivir justificadamente y tiene que hacer un esfuerzo grande más therefore. En poco tiempo, se encontrará lejano del dios prometido de sendero, dando vueltas con una pila de trapos él pensar ser los actos rectos (Isa. 64: 6). La desobediencia dice al Señor, "Lo sé mejor que usted cómo gobernar mi vida."

Nada podía estar más lejos de la verdad. Podríamos pensar que nuestras justificaciones parecen convincentes, pero el Dios no es engañado. Requiere la obediencia completa. Cuando decidimos seguir a solamente partes de su voluntad, escogemos la rebelión. En cualquier momento caminamos fuera de la voluntad de Dios para nuestras vidas, podemos esperar las consecuencias para no perseguir el sendero derecho.

Escritura y miembros de la iglesia están llenos de las historias para probar que la propuesta obediente es la única manera de experimentar el júbilo hondo, duradero. Nada bueno puede venir de se rebelar contra el Señor, y nada por el bien del que el mal puede venir obedecer a él - la incluso la muerte física siguiendo al Señor de es mejor que negar su voluntad.

La obediencia es el sendero a sabiduría y a bendición. Cuando ajustamos nuestra voluntad a el(la/los/las) de Dios, ponemos nuestra esperanza y confianza en uno quien nos crea y nos quiere sin la condición.

Una vida bien llevada es uno en el que nuestros ojos son enfocados sobre el Señor, nuestras orejas están abiertas a la voz silenciosa del Espiritu Santo, y nuestros corazones banquetean en la escritura. Cuando escogemos esta existencia, garantizamos el más fino que Dios tiene que brindar para nuestra salvación..

No hay ningún segundo mejor para el niño obediente del Padre.

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