El fénix- ave fabulosa que renacía de sus cenizas -es una buena ilustración para el tema de esta obra. Cada uno de nosotros debe ser un ave fénix irguiéndose cada vez que se cae, levantandose de su batimiento, redundando la marcha con renovadas fuerzas, venciendo el desmayo y recomenzando la ascensión hasta llegar a la meta; el triunfo de lo que se ha propuesto.
Otros lo han hecho, tu también lo harás.
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