Edificacion

sábado, 23 de enero de 2010

¿Quien dice que NO vienen juicios?


¿Quien dice que NO vienen juicios?

Dios ha estado advirtiendo con insistencia ANTES que se derramen sus JUICIOS sobre el mundo entero.
¿Quien dice que NO vienen juicios de parte de Dios?

Vea lo que escribe Juan en el Apocalipsis:

Oi una gran voz que decia desde el templo a los siete angeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. Fue el primero, y derramo su copa sobre la tierra, y vino una ulcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenian la marca de la bestia, y que adoraban su imagen. El segundo angel derramo su copa sobre el mar, y este se convirtio en sangre como de muerto; y murio todo ser vivo que habia en el mar. El tercer angel derramo su copa sobre los rios, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. Y oi al angel de las aguas, que decia: Justo eres tu, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tambien tu les has dado a beber sangre; pues lo merecen. Tambien oi a otro, que desde el altar decia: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. El cuarto angel derramo su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. El quinto angel derramo su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrio de tinieblas, y mordian de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus ulceras, y no se arrepintieron de sus obras. El sexto angel derramo su copa sobre el gran rio Eufrates; y el agua de este se seco, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. Y vi salir de la boca del dragon, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espiritus inmundos a manera de ranas; pues son espiritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran dia del Dios Todopoderoso. He aqui, yo vengo como ladron. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su verguenza. Y los reunio en el lugar que en hebreo se llama Armagedon. El septimo angel derramo su copa por el aire; y salio una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho esta. Entonces hubo relampagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamas desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el caliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyo, y los montes no fueron hallados. Y cayo del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.
Apocalipsis 16

Dios esta enviando sus mensajes con gran claridad, que solo aquel que no quiere entender no lo capta...
Dios es amor, pero tambien es un Dios JUSTO...
Hasta este momento su misericordia esta a disposicion del rebelde, pero viene el dia que los JUICIOS se derramaran con fuerza...

Vienen dias de juicios fuertes, repentinos y dolorosos para el mundo entero...
El tiempo esta muy cerca...
Las señales estan viendose...

Pronto UNA ADVERTENCIA...
Una advertencia mas sera mostrada al mundo...
Una advertencia antes que sea demasiado tarde...

martes, 19 de enero de 2010

“MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO”: ¿DE QUE SE TRATA?



Estudio de Jn. 18, 28-19, 16: Jesús y Pilatos (comunidad juanina e Imperio Romano). Los judíos entregan a Jesús a Pilatos, y Pilatos entrega a Jesús a los judíos para que lo crucifiquen. El estudio se centra en 18, 33-38 y 19, 8-12: el poder de Jesús y el de Pilatos. El reino de Jesús no es de "este" mundo (mundo de los judíos y de Pilatos). Jesús no nos propone una fuga del mundo, ni un poder por sobre los poderes del mundo (Cristiandad), sino un poder en el mundo, para dar testimonio de la Verdad dentro de este mundo.

Jn. 18, 36: “mi reino no es de este mundo”, parece inscribirse en una perspectiva de distanciamiento, si no de alienación, en relación al mundo. Proponemos que se lea el discurso juanino a la luz del “testimonio de la verdad” (18, 37) que es el amor-fidelidad de Dios manifestado en la práctica del don de la vida de Jesús (y de los cristianos: 1 Jn. 3, 16-18). Jn.

18, 36 explica entonces la no ascendencia del mundo sobre la práctica de Jesús y del cristiano. En vez de oponerse a la sana secularidad necesaria para el empeño transformador, la visión joanina presenta el reino no-mundano de Jesús como instancia trans-secular de nuestro empeño en el mundo.

1. Después, al igual que antes del colapso del socialismo real, nuestro subcontinente continúa amarrado a una real y trágica estructura de explotación por parte de élites internas irresponsables y objetivamente criminales, respaldadas por los grupos financieros transnacionales que constituyen el real gobierno de un mundo cuyas estructuras políticas se muestran cada día más insuficientes para proporcionar un orden político y un bienestar digno a la población mundial.
Hace un cuarto de siglo, al leer en el contexto del Tercer Mundo la teología del mundo o de la realidad secular, favorecida por el post-Vaticano II, surgió la teología de la liberación histórica. Ella constituye prácticamente el referencial teórico —y la praxis liberadora, el referencial práctico— de muchos de nosotros que tratamos de leer las Escrituras de la tradición bíblica y cristiana a la luz del contexto histórico anteriormente señalado, y viceversa. La cristología producida en este contexto prioriza el “Jesús de la historia” como paradigma de la praxis liberadora, mediante una hermenéutica de analogía proporcional resumida en la fórmula Jesús/su contexto histórico = comunidad cristiana /contexto actual. Es evidente que tal intento exige una revalorización del estudio del Jesús de la historia .
En este contexto hermenéutico, el evangelio de Juan no es muy bien visto. Un tiempo atrás ocurrió que un conocido teólogo de la liberación excluyó de su curso de cristología el evangelio de Juan por no ser relevante para la lectura de la narrativa de Jesús de Nazaret como paradigma de la praxis liberadora. Ya, al decir de Clemente de Alejandría, Juan describe a Jesús de manera “pneumática” y no “somática”. Pero hay otra razón por la que Juan quedó marginado de la cristología liberadora, lo mismo que de la teología de la realidad secular en general. Su Jesús parece un extranjero en el mundo . En el contexto latinoamericano, que llama al empeño histórico para la transformación de las estructuras de la sociedad, ¿qué hacer con un Cristo cuyo reino “no es de este mundo” (Jn. 18,36) y con seguidores que “no son del mundo” (17, 16)? Difícilmente se puede imaginar a un párroco que, luego de predicar una cuaresma de “compromiso cristiano en el mundo”, aproveche la lectura de Viernes Santo (Jn. 18-19) para hacer una homilía sobre un “reino no de este mundo”...
El lector atento debe haber observado que acabo de relacionar la marginalidad de Juan en la teología de la liberación y en la teología de la secularización con el carácter a-secular del discurso juanino. Sin embargo, ¿no se opone la teología de la liberación a la teología de la secularización? Depende bajo que aspecto. Para la cuestión que aquí nos ocupa, es bueno tener presente que ambas tienen como raíz común la teología de la realidad terrestre o secular, la theologia mundi, sólo que leída desde un lugar sociológico diferente. La Cristiandad del Primer Mundo enfrentaba un problema que se ubicaba más del lado de la subjetividad: ¿cómo revalorar cristianamente la realidad secular tantas veces despreciada? El Tercer Mundo, mientras tanto, se enfrentaba con la horrorosa distorsión de las relaciones “objetivas” en el campo económico y social. No obstante es evidente que no sería posible enfrentar las distorsiones de la objetividad sin una sana valoración de la realidad secular. Ahora bien, es exactamente en el nivel de esta común y profunda raíz que se sitúa la aparente incompatibilidad de las mencionadas teologías con el “distanciamiento en relación al mundo” preconizado por Juan.

2. Antes de leer el texto del diálogo de Jesús con Pilatos, conviene enfocar ciertos conceptos del cuarto Evangelio. Cuando Juan habla del “mundo”, él generalmente no piensa en el mundo cósmico, sino en el antropológico, el mundo de las relaciones, del empeño y de las ambiciones humanas. Muchas veces habla de esta realidad de una manera neutra, por ejemplo, cuando dice que Dios amó al mundo, envió su Hijo al mundo, etc. (Jn. 3,16-17); otras veces habla de manera negativa, entendiendo por “este mundo” a los que rechazan la misión de Jesús . Sobre todo en este último sentido el término “este mundo” es marcado por la escatología judaica, que opone a este mundo (o este “siglo”) la era venidera, el tiempo en que la voluntad de Dios será realizada en un “reino de Dios” inaugurado e instalado por su mesías o por una intervención directa de Dios en la historia humana, como la describen los apocalipsis. No es de extrañar que “este mundo”, entonces, tome fácilmente el rostro de los poderes que lo dirigen. Estas resumidas consideraciones ayudan a comprender que la expresión “no es de este mundo” no apunta hacia una fuga de la realidad, sino hacia una nueva realidad del mundo, un “nuevo siglo”. En Ap. 11,15, por tanto en el ambiente del cuarto Evangelio, la llegada de este nuevo “siglo” es saludada con los términos “el reino del mundo del Señor (= Dios) y de su mesías (kristos)”. Es el reinado de Dios “por los siglos de los siglos”, eternidad que no se debe pensar como la infinitud geométrica del tiempo, sino como el tiempo por excelencia, el tiempo de Dios.
Ahora bien, es costumbre decir que el cuarto Evangelio abandonó la escatología apocalíptica y sustituyó el concepto del “reino” por el de “vida eterna”. Aquí cabe prudencia. En primer lugar, Juan no abandonó totalmente el lenguaje de la escatología futura, aunque ésta no sea dominante y sí interpretada en el sentido de una vida eterna que comienza desde ya con la fe en Jesús. Esto quiere decir que lo que se espera ya comienza para quien cree. En segundo lugar, Juan habla poco del “reino”, pero en los casos en el que el término aparece son muy significativos. Quien habla del reino en Juan es únicamente Jesús: una vez para iniciar la conversación sobre el nuevo nacimiento con Nicodemo (3,3-5), y la otra vez en nuestro contexto, Jn. 18,36. La razón es simple: solamente Jesús puede hablar del reino sin malentendidos. Por otro lado, las otras personas usan para Jesús el título de rey, en circunstancias y de modos diversos. Nunca Jesús asume este título para sí, y en nuestro texto él lo pone en la cuenta de Pilatos, aunque no lo niegue. La razón es la misma: los hombres entienden por “rey” una cosa diferente a Jesús. Por consiguiente él no asume esta designación, ni se deja llevar en este sentido (6,14-15).

3. Antes de considerar el diálogo con Pilatos debemos asimismo esbozar el contexto de comprensión de este diálogo. Este contexto es doble en la visión juanina. Pues Juan sobrepone al relato histórico de Jesús los desafíos de su propia comunidad y época. Habla al mismo tiempo de la realidad contemporánea de Jesús, y de las visicitudes de la propia comunidad cincuenta años después. Como la frase de Jn. 18,36 es dirigida al representante del Imperio Romano, podemos preguntar qué relevancia específica acarrea esto en ambos niveles.
Consideremos primero el tiempo de Jesús. Tenemos certeza histórica de que Jesús fue ejecutado con la anuencia del poder romano de ocupación, como subversivo, crucificado entre dos “bandidos”, designación común para los revoltosos; el contexto de revuelta es confirmado incluso por las tradiciones respecto a Barrabás y del título de la cruz. La vida y la muerte de Jesús no fueron indiferentes al poder romano . Y este tampoco dejó a Jesús indiferente. Aunque Jesús no haya comandado una guerrilla contra el Imperio, tenemos todas las razones para pensar que no excluía a éste de sus contundentes críticas dirigidas al poder tal como era ejercido contra la población oprimida de Galilea y de Judea . No obstante la tradición evangélica nos habla antes del conflicto de Jesús con los herodianos y las autoridades religiosas y civiles de la comunidad judaica, ya fuera en el ámbito farisaico o en el sacerdotal-saduceo. No falta quien sospeche que el silencio de los evangelios con relación al poder romano sea inspirado por la prudencia, ya que en la época de la redacción las relaciones de la comunidad cristiana con el Imperio comenzaban a tornarse tensas. Juzgamos sin embargo que tal silencio formó parte de la tradición desde el comienzo, porque de hecho Jesús entró en conflicto más directamente con las autoridades judaicas (los herodianos, los saduceos y, en el nivel de las sinagogas locales, los fariseos), las cuales de algún modo desempeñaban el papel de vasallos interpuestos entre el pueblo y el Imperio . De modo que no sólo los romanos, sino, en primer lugar, los círculos dominantes de la sociedad judaica, tenían interés en la muerte de Jesús.
En Jn. 11,48-50 podemos hasta encontrar una lectura inteligente de aquello que la tradición evangélica transmite con unanimidad: que Jesús fue entregado a los romanos como consecuencia de una confabulación de las autoridades de Jerusalén. La comprensión juanina —poco importa que ella sea propiamente histórica o apenas “verosímil”— entiende que las autoridades (Caifás) vieron en el acto de entregar a Jesús a los romanos una manera de calmar al poder ocupante y de evitar sanciones contra el pueblo y el Templo. El poder romano era respetado y adulado, no por amor, sino por miedo y probablemente también por intereses ocultos.
Ya a nivel de la comunidad juanina a finales del siglo I, las relaciones son mejor conocidas. La comunidad rompió con la sinagoga judaica y estaba en una relación poco amigable con el Imperio, aunque todavía no existía la imposición del culto imperial con las consecuentes persecuciones. A pesar del conflicto entre el judaísmo y el poder romano, el cuarto Evangelio sitúa a ambos del lado “de este mundo” y acentúa la solidaridad entre los dos, solidaridad que ya encontramos expresada en la tradición evangélica más antigua. Muy probablemente la acentuación de esta solidaridad tiene en Juan un matiz irónico, dado que en el intervalo entre los días de Jesús y el tiempo actual, los romanos “pagaron” la amistad de los judíos con la destrucción “del Lugar (Santo) y de la nación” (cf. Jn. 11,48)...

4. Recorramos ahora brevemente la composición literaria en la cual se presenta la frase con relación al “reino que no es de este mundo”: el diálogo con Pilatos en el relato de la Pasión.
Se sabe que el actual evangelio de Juan está formado por dos grandes partes; el “Libro de los signos” (capítulos 1-12) y el “Libro de la Gloria” (capítulos 13-20). En la primera parte, Jesús se presenta al mundo como profeta confirmado en su obra por signos que significan que Dios está con él, como lo explica bien judaicamente Nicodemo (3,2). Los signos provocan adhesión y rechazo. En la segunda parte las posiciones ya se encuentran tomadas. Es significativo en este sentido que el propio Satanás entra ahora como personaje activo en el drama (13,2.27). Pero es él justamente el que ya está vencido, porque llegó en la hora decisiva de Jesús (12,31), la hora de la manifestación de la gloria del Hijo del Hombre (12,23; 13,1; 17,1, etc.). Jesús revela ahora, a los que creen en él y le siguen, el sentido de su obra y destino —y de ellos—, y completa su obra “amando hasta el fin” de la vida entregada en la muerte (13,1; 19,30).
Esta segunda parte se halla construida según el esquema literario de las “despedidas”, en el que la muerte es precedida por un discurso que es un testamento espiritual, muchas veces comentando lo que acontecerá en la ausencia del héroe. La muerte propiamente, Juan la narra siguiendo el esquema ya establecido del relato de la Pasión de Jesús, que él reproduce en amplio paralelismo con los evangelios sinópticos (capítulos 18-19).
En la narrativa de la Pasión se distinguen tres partes mayores: 18,1-27: Jesús preso y llevado a las autoridades judaicas; 18,28-19,16a: Jesús delante de Pilatos; y 19,16b-42: cruz, muerte y sepultura. La audiencia delante de Pilatos constituye la parte central del relato de la Pasión en Juan, quien le dedica el doble de espacio que los paralelos sinópticos , siendo que el material que Juan tiene en más cantidad consiste sobre todo en diálogos entre Jesús y Pilatos (18,29-38a; 19,8-10) y entre Pilatos y los “judíos” (19,4-7.12-15). En cuanto al material que Juan tiene en común con los sinópticos, la escena de Barrabás (18,39-40) es acortada , en tanto que el escarnio por los soldados es anticipado, sin duda por razones teológico-literarias (19,1-3) .
Juan organiza la “audiencia” de Jesús delante de Pilatos en siete escenas, que se distinguen conforme se desenvuelven fuera o dentro del pretorio: tal escenario es preparado literariamente por el versículo inicial 18,28, que explica por qué los judíos no entran en el pretorio. Las siete escenas se dividen en dos conjuntos de tres, articulados por una escena central (F = fuera y D = dentro):


A. Primer movimiento: los judíos entregan a Jesús a Pilatos:

I. 18,28-32 (F): los judíos entregan a Jesús a Pilatos

II. 18,33-38a (D): Pilatos interroga a Jesús respecto a su realeza

III. 18,38b-30 (F): los judíos piden la liberación de Barrabás


B. Punto culminante:

IV. 19,1-3 (D): Pilatos manda a torturar al “rey”


A’. Segundo movimiento: Pilatos entrega a Jesús a los judíos:

V. 19,4-7 (F): los judíos confrontados con su “rey”

VI. 19,8-12 (D): diálogo de Pilatos con Jesús sobre el poder

VII. 19,13-16a (F): los judíos proclaman a César su único rey

En este esquema, el escarnio de Jesús como “rey de los judíos” es el punto culminante de la arquitectura del texto, el centro del movimiento narrativo, sin embargo no constituye necesariamente el mensaje fundamental. Este se articula en todo el episodio. El primer movimiento (judíos > Pilatos) resulta, después de una investigación, en la presentación de Jesús como rey (vv. 37.39), coronado y vestido irónicamente como tal (19,2-3). En el segundo movimiento (Pilatos > judíos) este rey es rechazado por su pueblo a cambio por la incondicional sumisión a César (19,15c). Es en el cuadro de esta narrativa dramatizada que Juan injerta los diálogos que explican su visión del “reino” de Jesús.
El eje narrativo principal, visible especialmente en las escenas inicial y final (I y VII) es el siguiente: los judíos entregan a Jesús a Pilatos para que lo mande a ejecutar —con la disculpa de que ellos no pueden—, no obstante el resultado es la situación inversa: Pilatos entrega a Jesús a los judíos (“ellos”) para que ellos lo crucifiquen (18,30 > 19,16a). Esta inversión posible porque los judíos se volvieron ejecutores de la voluntad de César, representada por Pilatos (19,15b). Ahora bien, esta aparente sumisión es el medio que ellos usan para imponer su voluntad al representante de César (19,12-13.14b-15). Sería con todo errado pensar que los judíos consiguen así realizar la voluntad de ellos. Lo que ellos realizan, en verdad, no es el plan de ellos, sino el de Dios. Con las mismas palabras que en 12,33 indican el modo como Jesús echará fuera al príncipe de este mundo, Juan observa en 18,32 —en un “comentario teológico” característico suyo— que ellos sirven de instrumentos involuntarios para que se realice la “muerte-enaltecimiento” de Jesús en la cruz . En el curso de la narrativa de esta audiencia se sitúan, en posición simétrica, los dos diálogos de Jesús con Pilatos (escenas II e VI).

5. En el diálogo sobre la realeza de Jesús (escena II o sea: 18,33-38a), siete palabras, debidamente identificadas conforme son pronunciadas por Pilatos o por Jesús, se alternan hasta constituir uno de los diálogos más famosos de la historia de la humanidad.

a) El punto de partida es la pregunta de Pilatos de si Jesús es el “rey de los judíos” (v. 33) , tema político perfectamente aceptable en la boca del representante del mayor poder político del mundo. El término “rey”, en el presente contexto, tiene un “sonido estéreo”: en el oído judaico el resuena con todas las connotaciones mesiánicas perceptibles en 1,49; 6,14; 12,13s; pero para el gobernador romano suena a rebelión contra el Imperio, y no le causaría disgusto poder condenar a Jesús por subversión y convertirse así en un administrador modelo que hasta mereciese el codiciado título de “amigo de César”.
b) Jesús (v. 34) responde preguntando de quién aprendió Pilatos ese título de “rey”, que de cierto modo sorprende, pues Juan no menciona anteriormente que los judíos lo hubiesen alegado como acusación; es más no presentaron acusación alguna hasta ahora .
c) Pilatos (v. 35) replica que habla de la misma manera que los que entregaron a Jesús: “tu nación y los sumos sacerdotes” . Pilatos quiere saber entonces lo que Jesús hizo de hecho. Quiere verificar si Jesús es realmente un “malhechor”. ¿Cuál fue su “praxis”?
d) Jesús (v. 36), sin haber respondido si él mismo se atribuye el título de rey, habla ahora de su “reino” (= reinado o realeza). Obsérvense las diferencias de lenguaje. Pilatos habla de rey, Jesús de reinado, atribuyendo a Pilatos el uso del término “rey” (v. 37b).

Si él es rey, lo es en un sentido bien determinado, que no es el de Pilatos, ni el de los judíos que lo enseñaron. Pues los judíos son “de este mundo” (¡8, 23!), no obstante ni Jesús ni su reino pertenecen al sistema de este mundo. Jesús aclara: dentro del sistema de este mundo sus “súbditos” lucharían por él para que no fuese entregado a los judíos (v. 36b) . Pero el reino de Jesús “no es de aquí”, pertenece a otro ámbito (v.36c), que luego identificaremos como el del amor y la libre adhesión . En Juan, la palabra “reino” es utilizada exclusivamente por Jesús y en contextos donde su interlocutor probablemente entendería otra cosa por ese término; 3,3-5 y 18,36 (tres veces). Nadie puede hablar del “reino” de Jesús sino él mismo, y él lo hará en el próximo turno del diálogo.
e) Pilatos (v. 37a) entiende que Jesús reivindica realeza, por tanto, que de cierto modo él es rey.
f) Jesús (v. 37bc) opone a la formulación de Pilatos (“Tú eres rey”), sin negarla, su propia definición de su misión. Comienza por la solemne doble expresión: “yo nací y vine al mundo” , y continúa: “para dar testimonio (martyria) a favor de la verdad”: no meramente “dar testimonio de la verdad” en un sentido teórico, sino empeñarse como testigo a favor de la verdad en la lucha contra la “mentira”, en el sentido de 8,32-59: convertirse en “mártir” en pro del reino de la verdad. Jesús termina declarando que los que “pertenecen a la verdad”, es decir, este “reino” de la fidelidad de Dios opuesto a la mentira del sistema del mundo (ver adelante), escuchan su voz. Identifica de esta forma el reino de la verdad en el mundo: los que escuchan y cumplen su palabra, sus discípulos, la comunidad auténtica, a la cual el evangelio de Juan quiere animar.
g) No es de admirar que Pilatos quiera salir del juego, mostrándose, con un signo, digno representante del ascético mundo greco-romano: “¿Qué es la verdad? (v. 38a). No es una pregunta altamente filosófica. Sólo sugiere que quien está fuera de Cristo tampoco puede participar de su “lógica”. La respuesta a la pregunta de Pilatos sería: “la vida y práctica de Jesús”. No obstante esta respuesta, fuera del alcance de Pilatos, únicamente la puede dar el fiel que contempla el drama de Jesús. Pilatos se halla fuera del sistema de los jefes judaicos, pero también fuera del sistema del Enviado del Padre: es “tierra de nadie”, sin embargo queriendo ser de nadie, se convierte en cómplice de quien oprime la verdad por la “mentira”.

6) El desarrollo narrativo continúa con la cuestión del motivo de condenación (aitia, tres veces en las escenas III y V), en la cual se incrusta la escena del escarnio de Jesús (IV), pensada aparentemente como una tortura para extraer de Jesús algún motivo para condenarlo. Pero en realidad esta escena, central en la composición, es una especie de entronización irónica del “rey de los judíos” (el término es usado aquí en 19,3 por tercera vez, después de 18,33 y 39). Si el término “reino” murió en el silencio de Jesús, el término “rey (de los judíos)” se torna ahora en la boca (19,14s) —y en la pluma (19,19ss)— de Pilatos el modo irónico de designar al hombre que él entrega a los judíos. Delante de la tercera confirmación de la inocencia de Jesús, los judíos encuentran un motivo de condenación, por lo menos conforme a la Ley “de ellos” : la afirmación de ser hijo de Dios (cf. 5,18).
A partir de esta sugestión, Pilatos abre la escena IV con un diálogo sobre el origen de Jesús (19, 8-9). Reconocemos el típico “de dónde” juanino. Si en la correspondiente escena II, Jesús habla del origen no-mundano de su reino, el mismo misterio envuelve ahora su persona. Y así como Pilatos no tenía la mínima percepción del reino de la verdad, también el diálogo sobre la persona y el origen de Jesús continúa por un camino diferente. Jesús, por consiguiente, no responde. Ningún no-creyente es capaz de comprender el “de dónde” de Jesús .
En vez de reconocer su no-saber, Pilatos reacciona al silencio de Jesús con una petulante afirmación de su autoridad (exousia, término repetido tres veces en los vv. 10-11), sugiriendo un no-saber de Jesús: “¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte y autoridad para soltarte?” Jesús, a partir de su saber que trasciende el saber y la persona de Pilatos, le hace saber que la autoridad le es concedida “de lo alto” , de donde es el “reino de Jesús (cf. 18,36b). Pilatos es un subalterno; si entrega a Jesús para ser crucificado, no es por su propia autoridad, sino por una autoridad “de lo alto”. Pues es plan de Dios que Jesús muera en el “enaltecimiento” de la cruz. El término que traducimos por autoridad (exousia), es usado por Juan exactamente en la palabra de Jesús diciendo que él tiene autoridad para dar y recuperar su vida, en conformidad con el mandato del Padre (10,17s) .
Completan la respuesta de Jesús las enigmáticas palabras: “Por eso, el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado”. De inicio percibimos la ironía de esta frase: Pilatos es tan poco importante que ni siquiera es el principal responsable del mal que está aconteciendo... Pero, ¿de quién y de qué pecado mayor habla Jesús? Aquel que entregó a Jesús podría ser Judas, a quien Jesús llamó diablo (6,17) . No obstante pueden ser también los judíos, que desde 18,28 están entregando a Jesús a Pilatos. Además, entre Judas y los judíos existe una notable solidaridad (ver 18,3). El término “aquel que me ha entregado” puede ser complejo e indicar el agente colectivo constituido por Judas, “los judíos” y todos los que rechazan a Jesús, pues esto es el pecado (hamartia) por excelencia (15,24; 16,9). Pilatos no encontró en él motivo de condenación (aitia), sin embargo los “judíos” presentaron una acusación de pecado (en el sentido de atentado contra Dios): el hecho de Jesús llamarse “hijo de Dios” (cf. 5,18). Jesús declara ahora irrelevante el poder de Pilatos y sitúa en quienes lo entregan el pecado que estos atribuían a Jesús y a sus fieles (9,24s.35, etc.). Como en otras oportunidades, Jesús de acusado se convierte en acusador (por ejemplo, 9,40-41; cf. igualmente el Paráclito, 16,9).

7. La frase de Jesús: “Mi reino no es de este mundo”, apunta a la realidad no-mundana de su reinado, que luego él describirá como la misión de testimoniar a favor de la verdad (18,36-37). Pilatos, no entendiendo (v. 38), continúa su investigación por el camino errado, en una parodia que muestra, casi surrealísticamente, la insuperable distancia entre “este mundo” y el ámbito en que se sitúa el reinado de Jesús. En el nivel de este mundo, Jesús es el precio de bagatela que las autoridades judaicas pagan por la amistad con los romanos —precio que de nada sirvió, como bien sabe el lector que lee estas frases después que Jerusalén fue destruida sin piedad en el 70 d.C.—. Pero en el nivel de Jesús, su reinado y poder se efectúan en su misión de testimoniar por la verdad.
Debemos entender la “verdad” en el sentido semítico: lealtad, fidelidad, coherencia y firmeza en el pacto, en la amistad, en el amor. El reinado de Jesús es el reino de la veracidad del Dios fiel que se manifiesta en la práctica y en la palabra de Jesús (cf. 1,14). Es lo contrario de la mentira que Juan desenmascaró en el capítulo 8, y que se manifiesta en las intenciones homicidas (cf. 5,18, etc.; 8,37.40; 18,31) y en la práctica de “entregar” que permea el tramo 18,28-19,16a. El reino de la verdad es también la práctica del mandamiento que Jesús legó a los “suyos” como marca de pertenencia: el amor (cf. especialmente 15,9-17; 13,35). Así pues, las palabras “mi reino no es de aquí” (v. 36c) no sugiere ninguna fuga del mundo, ni justifican la alienación política .
El testimonio de la verdad es el corazón del cuarto Evangelio. Este Evangelio, profundamente judaico, debe ser leído como una gran interpretación de los principales temas veterotestamentarios. Sin tener presentes estos temas, es difícil descubrir de qué trata Juan. De esta forma, la última parte del Prólogo busca el sentido (midrash) de un episodio central del Antiguo Testamento. Después de la infidelidad de su pueblo, Moisés quiere ver si Dios está aún con él: quiere ver su gloria (Ex. 33, en especial el v. 18). Dios le concede una entrevista, sin embargo no le muestra su rostro, aunque se deja ver las espaldas mientras pasa autoproclamándose “rico en favor y fidelidad” (34,5-6). A esta manifestación se refiere Jn. 1,14, situándola en el Logos hecho carne. Aun cuando no fuera la cumbre literario-estructural , Jn. 1,14 explica sin duda el tema fundamental del Prólogo y de todo el Evangelio: la manifestación de la gloria de Dios en el Logos-carne. Ahora bien, “carne”, en la antropología bíblica, no significa únicamente nacimiento humano, sino sobre todo precariedad y muerte. Jn. 1,14 no habla tanto del pesebre como de la cruz. Es en ésta que contemplamos las cualidades del más profundo ser de Dios: la gracia o “favor” y la verdad-fidelidad de los cuales el hijo unigénito está repleto . Todo el Evangelio de Juan —y el último versículo del Prólogo lo anuncia expresamente— sirve para decir que el rostro de Dios que Moisés no pudo ver se nos manifiesta por su unigénito, que, el mismo, es Dios (1,18). Su obra es una progresiva manifestación de la gloria de Dios, siendo enmarcada por las señales (cf. 2,11; 9,3-5; 11,4-40) que, por eso mismo, como los otot del A.T., indican que “Dios está con él” (3,2). No obstante, la visión plena del Dios que está con nosotros se da en la hora de la glorificación de Jesús, en la hora de la cruz (14,9). En esta “hora” él muestra que Dios es “favor (gracia) y fidelidad (verdad)”, amor fiel hasta el fin (cf. 13,1; 19,30). Lenguaje éste que encuentra eco en la lapidaria “definición” de 1 Jn. 4,8.16: “Dios es amor” .
Todo el relato evangélico de Juan debe ser leído en estos dos caminos que nunca se juntan: la lógica “de este mundo” y la lógica de la cruz-que-es-glorificación, “enaltecimiento” (doxa, hypsosis). Pues es por su muerte en la cruz que Jesús da testimonio de la verdad, que no es otra cosa sino la cualidad fundamental del actuar de Dios. Y el hecho de que Pilatos, ya después de la declaración de 18,37, transforma a Jesús en un rey sometido al azote, es muy significativo para el espíritu global del Evangelio de Juan. Por la flagelación Pilatos colabora, sin saberlo, al testimonio de la verdad que Jesús realiza en su función “real” —si alguien la quisiera llamar así (“Tú dices que yo soy rey”, 18,37)—. Y colabora incluso entregando a Jesús en las manos de los jefes judaicos (final del episodio: 19,16a).

8. Sobre este telón de fondo podemos situar ahora la comprensión que Jesús sugiere de su realeza, si quisiéramos llamarlo rey (que en Juan no parece ser el término preferido) .
Jesús responde a Pilatos (esto es, al lector, pues Pilatos es apenas una concha acústica) que, independientemente del título que se le da, su misión es dar testimonio en favor de la verdad. Esta verdad es nada menos que el amor fiel hasta el final, que es al mismo tiempo el ser profundo de Dios y la práctica de Jesús asumiendo la muerte por amor. Esta es la realidad que nos permite dar un contenido a su contrario, que sería: un reino “de este mundo”, perteneciendo al ámbito de una historia humana autosuficiente y cerrada en sí misma. Lo que es “de este mundo” es lo contrario de aquello que Jesús cumple en toda su vida, en toda su “carne”.
Observemos aquí que “de este mundo” es un genitivo de calificación y no de localización. “No del mundo” no explica el ser localizado fuera de determinado ámbito social, como lo prueba el juego de palabras “no del mundo, pero sí en (al) mundo” en 17,14-16. Explica, por un complemento de origen, la pertenencia en el sentido de cualidad interior, de índole, como “del diablo” en 8,44.


El reinado de Jesús no está en relación de pertenencia con el mundo, no es conferido por este mundo; de lo contrario los secuaces lo defenderían. Basta leer Jn. 6,14-15 para ver un ejemplo de esto. Es una cuestión de ascendencia, de autoridad, como lo muestra el segundo diálogo entre Jesús y Pilatos (19,8-11). ¿Quién es el que “hace rey” a Jesús: grupos humanos movidos por intereses más o menos aceptables , o el Padre? Ahora bien, si es el Padre, su misión no es responder a las expectativas limitadas de grupos humanos, sino manifestar lo que ni el mismo Moisés pudo ver: la gloria de Dios que ama . Es decir, dar testimonio de la verdad, y es lo que Jesús hará entregando su vida.
Se trata por lo tanto del origen y de la autoridad (exousia), de la “competencia” de Jesús. Esta pregunta permea el Evangelio de Juan desde el inicio (por ejemplo 3,31-36) hasta el fin (13,3; 16,27-30; 17,8). En el momento de volver junto al Padre, Jesús recuerda una vez más el origen de su misión, que es Dios y sólo Dios.
Podemos ahora aproximar 18,36 a 17,14-19. En este último texto se dice que los discípulos no son del mundo. Se trata de esta misma pertenencia al Padre, en el contexto del mundo que rechazó la manifestación de Dios en Jesús. En ambos casos, tratándose de Jesús o de los “suyos”, se quiere decir que el mundo no tiene ascendencia sobre el Hijo enviado por Dios, ni sobre los que el Hijo envía al mundo (17,18). Y podemos suponer que lo que se dice de Jesús y de los “suyos”, se dice también de los suyos de hoy (Jn. 17,20 piensa explícitamente en las generaciones futuras). Que los “suyos” entendían su existencia en el mundo de esta forma, en la época en que el cuarto Evangelio recibió su forma actual, se puede ilustrar por un texto de 1 Jn. En la situación de distanciamiento del mundo (“si el mundo los odia”, 1 Jn. 3,13; cf. Jn. 15,18), el autor preconiza el compartir fraterno de los “bienes de este mundo” como siendo “amar no de palabra y discurso, sino en obras y verdad” (1 Jn. 3,17-18). Más allá del término “mundo” —en los sentidos negativo y neutro, ambos usados por Juan—, encontramos ahí el término significativo que domina el diálogo de Jesús con Pilatos: “verdad” (cf. asimismo 3,19a). Mientras este concepto permaneció inaccesible a Pilatos y lo llevó a suspender la conversación, para la comunidad juanina él se convirtió en la clave “cristomórfica” de su práctica en el mundo.

9. La no-mundidad de Jesús y de los suyos, ayer, y de nosotros, hoy, sería entonces la pertenencia a Dios en nuestra relación con el mundo humano, sea este “neutro” (candidato a la salvación) o “negativo” (opuesto a esta oferta, “odiando”). Nada tiene que ver con rechazo o fuga del mundo, ni con un complejo de superioridad en relación a los poderes de este mundo (régimen de Cristiandad, supremacía de la Iglesia sobre el Estado, etc.). El “no ser del (o de este) mundo” significa pues la total alteridad de la misión que Jesús cumple y reparte con los suyos (Jn. 17,18) en relación a las fuerzas que dirigen nuestra actual estructura histórica (“este” mundo). Por otro lado, la expresión complementaria, “en el mundo”, nos recuerda que el ámbito en que se cumple esta misión debe ser tomado en serio.
La no-mundanidad aparece así como “trans-secularidad”, presencia de una instancia incondicional que orienta nuestra relación con la realidad secular hacia un sentido que nos es revelado desde fuera de nuestro sistema, abriéndolo a la paradoja de la realización de la vida por el don de la vida en pro del otro. No excluye una sana mundanidad o secularidad, ni la debida integración e inculturación en el mundo. Ni excluye, sobre todo, una sobria y realista actuación en el nivel de las relaciones y estructuras de este mundo, para, en medio de esta realidad, dar el testimonio del “extraño” amor que Cristo nos manifestó.

sábado, 9 de enero de 2010

LA LECTURA FIEL DE LA BIBLIA


Creemos oportuno difundir al público de habla hispana este documento de Carlos Mesters, publicado por el Boletín de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) en febrero de 1990. Este documento da “razón de nuestra esperanza” (IPd. 3,15) y nos sirve de guía para nuestro trabajo bíblico popular. Pablo Richard


I. Introducción: interpretación y fidelidad

1. Interpretar es posibilitar la comunicación entre dos personas que quieren dialogar. Es hacer que la palabra de la una sea traducida en el lenguaje de la otra. Por eso, el intérprete debe ser fiel a las dos personas que quieren dialogar: a la palabra de la Biblia, a través de la cual Dios nos habla, y al pueblo que hoy escucha la Palabra de Dios con la ayuda de la Biblia. “Entre estas dos fidelidades, la fidelidad al Verbo Encarnado y la fidelidad al hombre de hoy, no puede y no debe existir ninguna contradicción” (Pablo VI) .

2. La fidelidad a la Iglesia, a la Tradición y al Magisterio es tan im¬portante para la interpretación de la Biblia como lo es la raíz para el árbol. Sin ella, el árbol muere. Pero el lugar de la raíz es debajo de la tierra. ¡No aparece ni debe aparecer! El hecho de que el intérprete cite o no la Tradición y el Magisterio, no significa que su interpretación sea fiel o infiel. Lo im-portante no es citar, sino obedecer (Cfr. Mt. 21,28-32).

3. Vamos a exponer aquí cosas muy sencillas. Son las normas her¬menéuticas más elementales de la lectura cristiana de la Biblia, que nos vienen de la Tradición y del Magisterio y convergen en la Constitución Dei Verbum. El hecho de ser exactamente diez tiene sólo un valor didáctico, que facilita la memorización y ayuda a su asimilación.



II. Creer que la Biblia es Palabra de Dios

4. Esta fe es el punto de partida de todo. Es lo que más caracteriza la lectura popular de la Biblia. Es la puerta de entrada. Sin la fe, el pueblo no tendría ningún interés por la Biblia. La Biblia es Palabra de Dios porque fue inspirada por Dios (2 Tm. 3,16). Dios es el Autor (DV. 11) .

5. Por ser la Palabra de Dios, la Biblia tiene autoridad. Junto con la Tra¬dición, es la norma suprema de la fe (DV 21). La Palabra de Dios está en la raíz de la Iglesia. La Iglesia, la Comunidad, dependen de ella como el agua de su fuente. “El Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio”; debe auscultarla y guardarla para poder exponerla fielmente (DV 10).

6. Por ser Palabra de Dios, la Biblia nos transmite “con fidelidad y sin error la verdad que Dios quiso consignar en las Sagradas Letras para nuestra salvación” (DV 11). Por eso la Iglesia, la Comunidad, busca en ella una luz que guíe los pasos del Pueblo de Dios en el camino de la salvación y de la liberación. Pues la Palabra de Dios no está sólo en la Biblia. Dios habla también a través de la vida, la naturaleza y la historia .

7. Por ser Palabra de Dios, la Biblia tiene una fuerza poderosa para realizar lo que transmite. “Es tanta la fuerza y eficacia que radica en la Palabra de Dios, que viene a constituirse para la Iglesia en soporte y fuerza motriz, y para los hijos de la Iglesia en puntal de la fe, alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual” (DV 21). Y todo esto acontece hoy, sobre todo en las Comunidades Cristianas de los pobres.

8. Por ser Palabra de Dios, inspirada por Dios, la Biblia “hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió” (DV 21), comunicando el Espíritu a los que la leen con fe. La Lectio Divina hace que la manera de pensar de Dios llegue a ser nuestro modo de pensar. Es decir, ayuda a destruir en nosotros las falsas ideologías que mantienen prisionera la Palabra de Dios, pues ella nos “manifiesta a todos el Conocimiento de Dios y del hombre y las formas como Dios justo y misericordioso obra con los hombres” (DV 15). La Lectio Divina realiza todo lo que San Pablo nos dice en sus cartas: “comunica la sabiduría que lleva la salvación por la fe en Jesucristo” (2 Tim. 3,15); “es útil para instruir, refutar, corregir y formar en la justicia” (2 Tim. 3,16). “Comunica perseverancia y consolación” (Rom. 15,4) y sirve de “ejemplo e instrucción a nosotros que vivimos en el fin de los tiempos” (1 Cor. 10,6. 11).


III. Es Palabra de Dios en lenguaje humano

9. Por el misterio de la Encarnación, la Palabra de Dios asume las características y formas del lenguaje humano. Jesús es igual a nosotros en todo, menos en el pecado. Así mismo, el lenguaje usado por Dios para comunicarse con nosotros en la Biblia es en todo igual a nuestro lenguaje, menos en el error y en la mentira . La Palabra de Dios no es una palabra distante, alienada, substraída del curso de la historia. “En la Sagrada Escritura Dios ha hablado por hombres y a la manera humana” (DV 12).

10. Por ser Palabra de Dios, la Biblia debe ser interpretada con la ayuda de los criterios propios de la fe (DV 12), más por ser Palabra de Dios en lenguaje humano, debe ser interpretada también con la ayuda de los criterios que se usan para interpretar el lenguaje humano (DV 12). Las Encíclicas Providentissimus Deus (León XIII, 1893) y Divino Afflante Spiritu (Pío XII, 1943), fueron las que más animaron a los exégetas católicos en esta dirección.

11. Desde el comienzo de este siglo, los intérpretes usan, con mucho provecho, los métodos de la crítica literaria, de la investigación histórica, de la etnología, de la arqueología, de la paleontología y de otras ciencias (Pío XII, 20). Pero recientemente, bajo la presión de los problemas que cuestionan la fe del pueblo, sobre todo aquí en América Latina, ellos aplican también los métodos de análisis de las ciencias sociales. Algunos de estos métodos contienen presupuestos filosóficos contrarios a la fe cristiana. Su uso, sin embargo, en el decir de Juan Pablo II, no implica la aceptación de tales pre¬supuestos; por el contrario, estos métodos pueden ser muy útiles en el des¬cubrimiento del sentido de la Biblia (Juan Pablo II) .

12. “La gran variedad de los métodos puede, muchas veces, dar la impresión de una cierta confusión. Pero también tienen la ventaja de hacernos percibir la inagotable riqueza de la Palabra de Dios” (Juan Pablo II, ibid.). “Todo método tiene sus límites”. Reconocer estos límites hace parte del espíritu científico. El exégeta creyente debe tomar conciencia de la relatividad de sus investigaciones científicas. Esta modestia garantiza la autenticidad de su interpretación y mantiene su exégesis al servicio de la evangelización (Juan Pablo II, ibid.).


IV. Dios se revela a Sí mismo en su Palabra

13. “Mediante la divina revelación quiso Dios manifestarse y comunicarse a Sí mismo y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres, ‘para hacerles participar de los bienes divinos, que superan totalmente la inteligencia de la mente humana’ “(DV 6). Así, antes de ser un catálogo de verdades, la Biblia es la manifestación de la gracia, del amor y de la misericordia de Dios para con nosotros (DV 2). ¡El nos amó primero! (1 Jn. 4,19). El objetivo principal de la Biblia y de su interpretación, es ayudar al pueblo a descubrir la presencia amiga y gratuita de Dios y experimentar su amor liberador.

14. Para los pobres y oprimidos, esta revelación divina ha significado, desde el comienzo, que Dios se inclinó y llegó muy cerca para escuchar su clamor, caminar con ellos, acompañarlos en su aflicción y liberarlos del cautiverio (Cfr. Ex. 3,7-8; Sal. 91,l4ss.). Por esto, muy adecuadamente, podemos afirmar: la mayor certeza que la Biblia nos comunica es ésta: Dios escucha el clamor de su pueblo oprimido. Está presente en la vida y la historia de este pueblo y lo ayuda en su liberación Esta es la médula de toda la revelación, expresada en el nombre Yavé, Dios-con-nosotros.

15. La revelación que Dios hace de Sí mismo al pueblo sufriente, se realiza progresivamente a través de la historia (DV 2 y 14). De todos los períodos de la historia, el éxodo fue el que marcó con más fuerza la conciencia y la memoria del Pueblo de Dios. Lo marcó tanto, que el Nuevo Testamento llegó a usar imágenes y temas del éxodo para expresar el significado de Jesús para la vida. Esta misma importancia del éxodo se manifiesta hasta hoy en la liturgia de la Semana Santa. Por eso, la Teología de la Liberación, al destacar el éxodo, no innova ni se desvía, sólo imita al Nuevo Testamento.

16. La lectura de la Biblia hace el efecto de un colirio y permite encontrar de nuevo la mirada de la contemplación, ocultada por el pecado (San Agustín) , y nos hace capaces de quitar el velo de los hechos para experimentar en ellos la presencia liberadora de Dios: “¡Si ustedes hoy pudiesen oír su voz!” (Sal. 95,7). Es lo que sucede en las Comunidades Eclesiales de Base: una verdadera experiencia del Dios vivo, que surgió de dentro del caminar del pueblo, en la medida en que este camino iba siendo iluminado por la lectura fiel de la Biblia.

17. Esta revelación y experiencia de Dios son el fruto, al mismo tiempo, de la gracia de Dios y del esfuerzo del pueblo que camina y lucha. Por un lado, la revelación divina suscita la colaboración y la participación y exige la observancia de la Alianza. Por otro lado, ella “hace participar de los bienes divinos, que superan totalmente la inteligencia de la mente humana’” (DV 6). Eficiencia y gratuidad, lucha y fiesta, naturaleza y gracia, ambos se mezclan en la unidad conflictiva de la marcha del Pueblo de Dios.

18. Revelación pública como la hubo en el pueblo de Israel y en Jesús, no la habrá antes de la gloriosa manifestación de Jesús (DV 4). No obstante, esta revelación, realizada en el pueblo de Israel y descrita en el Antiguo y Nuevo Testamento, se convirtió en experiencia-modelo, canon o norma. Ella nos manifiesta cómo Dios está presente en la historia de los pueblos. Nos revela la “economía de la salvación” (DV 14), el Proyecto de Dios, “los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres” (DV 6).

19. En la historia de la Iglesia, el Magisterio condenó varias veces a los que afirmaban existir una diferencia entre el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento (EB 28 y 30) . ¡Es el mismo Dios quien se revela en ambos! Sin embargo, la plenitud de la Revelación de Dios se hace en Jesucristo (DV 4).


V. Jesús es la llave principal de la Sagrada Escritura

20. Es una verdad repetida siempre por toda la Tradición y enseñada constantemente por el Magisterio. Jesús es el centro, la plenitud y el objetivo de la revelación que Dios ha hecho de sí mismo desde Abraham y desde la Creación (DV 2.3.4.15.16.17). Esto no quiere decir que el Antiguo Testamento ha quedado superado. ¡Por el contrario!, el Antiguo Testamento nos revela los planes de Dios (DV 14), nos ayuda a conocer al Padre de Jesucristo (DV 2.3.4.15) y enseña cómo prepararse para la venida de Jesús. “Los libros todos del Antiguo Testamento adquieren y manifiestan su plena significación en el Nuevo Testamento y, a su vez, lo ilustran y lo explican” (DV 16).

21. Sin el Antiguo Testamento, no podríamos entender todo el significado de Jesús para la vida. Pues los principales títulos, dados a El en el Nuevo Testamento, vienen todos del Antiguo Testamento: Señor, Cristo, Siervo, Hijo del Hombre, Profeta, Sumo Sacerdote, Hijo de Dios. El mismo Jesús usa expresiones, frases y temas del Antiguo Testamento para revelar el significado de su misión y su enseñanza. Por ejemplo: “Antiguamente les fue dicho..., pero yo les digo...” (Mt. 5, 2 1-48); “El plazo está vencido, el Reino de Dios se ha acercado” (Mc. 1,15); “El Espíritu del Señor está sobre mí y él me ha ungido para anunciar la Buena Nueva a los pobres” (Lc. 4,18). Los primeros cristianos llegaron a decir que Jesús estaba oculto en el Antiguo Testamento: “¡La piedra era Cristo!” (1 Cor. 10,3-4). Decían que Jesús era el Sí del Padre a todas las promesas del Antiguo Testamento (Cfr. 1 Cor. 1,20). Resumiendo: en el Antiguo Testamento ellos buscaban la cé¬dula de identidad de Jesús. ¡De este modo, más o menos, la mitad del Nuevo Testamento está llena de citas, evocaciones o interpretaciones del Antiguo Testamento! El Nuevo Testamento es el fruto que nació de la interpretación del Antiguo, hecha a la luz de la experiencia que los cristianos tenían de Jesucristo, vivo en medio de las Comunidades.

22. Esta presencia escondida de Cristo en el Antiguo Testamento, sólo es perceptible a quienes se convierten a Cristo (2 Cor. 3,16). La experiencia viva de Jesús en la Comunidad, es la luz nueva en los ojos de los cristianos, para poder entender todo el sentido del Antiguo Testamento y de su propia historia (DV 16). Todo esto es de una gran actualidad para nosotros:

23. En primer lugar, Jesús, a la luz del cual debemos leer el Antiguo Testamento, no es una teoría, una idea, alguien del pasado que ya ha dejado de existir. El es el Cristo vivo, hoy, en la Iglesia, en las Comunidades, aquí en América Latina, animando la fe del pueblo. Leer el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo, no quiere decir que se deba hablar constantemente sobre Jesús. Quiere decir, en primer lugar, que se debe hablar desde Jesús, a partir de la fe iluminadora que nos da la certeza de que El está vivo en medio de nosotros. Cristo está, en cierto modo, a nuestro lado, y mira con nosotros hacia el Antiguo Testamento que esclarece con su luz y nos ayuda a comprenderlo.

24. En segundo lugar, no se trata sólo de descubrir, como los primeros cristianos llegaron a hacerlo, las figuras de Jesús en el Antiguo Testamento (DV 15). Se trata, en primer lugar, de ser alumnos de los primeros cristianos y de hacer hoy lo que ellos hicieron, es decir, descubrir cómo “el significado de la Sagrada Escritura puede ser relacionado con el presente momento salvífico” (Pablo VI, a los profesores de Sagrada Escritura, 1970). Porque el Nuevo está escondido en el Antiguo y el Antiguo es esclarecido por el Nuevo (DV 16). Hay un dinamismo dentro de la historia humana que viene del Creador mismo, que ha creado todas las cosas en Cristo (Ef. 1,4; Col. 1,16).

25. En tercer lugar, aparece aquí la importancia de la exégesis de los padres de la Iglesia. Ellos buscaban descubrir el fruto del Espíritu bajo el follaje de la Letra (San Jerónimo). Es decir, trataban de descubrir cómo los textos antiguos de la Biblia iluminaban la presencia viva de Cristo, la situación de la Comunidad y la vida de cada cristiano. Hacían una interpretación simbólica (sum-ballo), y sabían unir vida y fe, Antiguo y Nuevo Testamento, ayer y hoy, la historia de la Biblia y su historia contemporánea.

VI. Aceptar la lista completa de los libros inspirados

26. Existen dos listas de libros inspirados: la lista judía que comprende solamente los libros del Antiguo Testamento, y la lista cristiana que comprende los libros del Antiguo y Nuevo Testamento (existe aún una divergencia menor entre la lista de los católicos y la de los protestantes). Aceptar la lista completa es aceptar la unidad de los dos Testamentos (DV 16) y leer el Antiguo Testamento desde el Nuevo (DV 16).

27. La lista completa de la Iglesia Católica fue definida en el Concilio de Florencia en 1441 (Cfr. EB 47) y, más tarde, en el Concilio de Trento en 1546 (Cfr. EB 57-59). En la fórmula de la definición, el Concilio dice que se deben aceptar como inspirados “todos los libros tanto los del Antiguo como los del Nuevo Testamento en todas sus partes” (EB 60, DV 11). Esto significa que nadie tiene el derecho de excluir ningún texto, libro o Testa¬mento. Sólo los Evangelios gozan de una cierta primacía (DV 18).

28. Sin embargo, dadas las circunstancias y los problemas, se privilegia siempre uno u otro texto, libro o Testamento. Por ejemplo, los 16 Documentos del Concilio Vaticano II citan la Biblia 1.333 veces, de las cuales sólo 88 son del Antiguo Testamento y 1.245 del Nuevo . Sin duda alguna, el Concilio privilegió el Nuevo Testamento y, dentro del Nuevo, las cartas de Pablo. Una de las acusaciones contra la lectura popular de la Biblia parte del hecho de que se ha privilegiado el Antiguo Testamento, y dentro del Antiguo, el libro del Éxodo. Además de no ser verdadera, tal acusación no contiene nada de erróneo. El pueblo estaría sólo imitando al Magisterio. Las esta¬dísticas, por otra parte, ya han demostrado que el pueblo de las Comunidades, de acuerdo con las circunstancias y los problemas, lee todos los libros de la Biblia. No excluye ninguno.



29. En esta quinta norma no solamente se trata de una cuestión teórica del pasado. Aceptar la lista completa de los libros inspirados, significa aceptar que una misma economía divina une los dos Testamentos en un único Proyecto de Salvación y de liberación, proyecto que sólo se revela plenamente en la medida en que el Antiguo pasa a ser Nuevo. El paso del Antiguo al Nuevo comenzó en el momento de la Resurrección de Jesús, y no ha terminado aún. A cada momento, nuevos pueblos y nuevas personas van entrando en el “Camino” (Hech. 9,2). Este paso (Pascua) del Antiguo al Nuevo envuelve todo y a todos, porque todo ha sido creado por Dios en Cristo. Así, cada persona, grupo, comunidad, pueblo o nación, tiene su Antiguo Testamento y debe realizar su paso al Nuevo, es decir, profundizar su vida hasta descubrir en su raíz la presencia amiga y gratuita de Dios, canalizando todo hacia Cristo y su Resurrección. La Biblia con sus dos Testamentos es la norma, el canon, dado por Dios, para ayudarnos en el discernimiento y en la realización de nuestro paso (Pascua) de salvación y de liberación.


VII. La Biblia es el libro de la Iglesia

30. En la Iglesia existe la Palabra de Dios y el Cuerpo de Dios (DV 21). Cuando el pueblo se reúne en tomo de la Palabra de Dios, parece que formara un pequeño santuario. Es el templo vivo de que habla San Pablo (Ef. 2,21; Cfr. 1 P. 2,5). Los innumerables santuarios que hoy se esparcen por toda América Latina, sobre todo entre los pobres, son las delgadas y frágiles extremidades de la raíz que da fuerza y vigor al árbol de la Iglesia. En estos pequeños santuarios, el pueblo lee e interpreta la Biblia, consciente de que es el libro propio de la Comunidad, de la Iglesia.

31. Cuando usamos el término Comunidad en lugar de Iglesia, no queremos reducir la Iglesia Universal al tamaño de la pequeña comunidad particular o local. Todo lo contrario. “Es la fe de la iglesia Universal que se vive y expresa concretamente en sus comunidades particulares. Una comunidad particular concretiza en sí misma la fe de la Iglesia Universal y deja así de ser comunidad privada y aislada: supera su propia particularidad en la fe de la Iglesia total” (Puebla 373) .

32. Interpretarla Palabra de Dios no es actividad individual de una sola persona que quizás estudió un poco más que las otras; es una actividad comunitaria, en la que todos participan, cada cual a su modo. Juntos des¬cubren la voluntad de Dios en la lectura y en la meditación de la Palabra de Dios. El exégeta, como todo el mundo, participa con su parte (muy importante) y se pone al servicio de la comunidad (DV 12) . De este modo, muy pronto surge y crece un sentido común, aceptado y participado por todos. Es el sensus ecclesiae, o sensus fidelium, o sentido de la fe de la Igle¬sia, con lo cual la comunidad se compromete como si fuese con el mismo Dios.

33. El “sentido de la fe de la Iglesia” no significa, en primer lugar, la doctrina dada por los pastores a los fieles, sino el descubrimiento lleno de gratitud de la presencia amiga del Dios vivo, porque “movido de amor, Dios habla a los hombres como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía” (DV 2). El sentido de la fe que la Iglesia va descubriendo en la Escritura es semejante a un inmenso río. Nace muy pequeño en los humildes “santuarios” esparcidos por la periferia del mundo. Los afluentes se juntan para formar los ríos. Las Comunidades, coordinadas por sus pastores, se encuentran y participan su fe, su manera de leer y entender la Palabra de Dios. Las Comunidades de América Latina, representadas por sus pastores, se reunieron en Medellín y Puebla y allí expresaron cuál es la voluntad de Dios para nosotros, hoy y aquí, en nuestro Continente. Lo mismo hicieron las comunidades del mundo entero. Convocadas por el Papa Juan XXIII y representadas por sus legítimos pastores, se reunieron en Roma en el Concilio Vaticano II. En los 16 Documentos conciliares expresaron la voluntad de Dios, que descubrieron a la luz de su Palabra, para los cristianos del mundo entero. Así va creciendo el “sentido de la fe de la Iglesia”.

34. Este sensus ecclesiae, fielmente guardado y transmitido bajo el mirar vigilante del Magisterio, es el espacio dentro del cual se debe leer e interpretar la Biblia. Es el marco de referencia, nacido de la meditación comunitaria de la Palabra de Dios, que nos permite entender el sentido de la Biblia para nosotros hoy.

35. Interpretar la Biblia de acuerdo con la Tradición y el Magisterio, exige no solamente una identificación teórica con la doctrina de la Iglesia, sino también, y más que todo, una identificación práctica con la vida de la Iglesia. Exige que el intérprete se una, muy concretamente, a una comunidad. Porque, normalmente, es a través de la vivencia en comunidad cuando entramos en contacto con la acción del Espíritu Santo, vivo y presente en la Iglesia. Sin el Espíritu es imposible interpretar correctamente la Sagrada Escritura (DV 12).

36. “La Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y ligados, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros; los tres, cada uno según su carácter, y bajo la acción del único Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas (DV 10). Esta unión entre los tres no es automática ni mágica. Como la unión de Jesús con el Padre, ella se realiza a través de la obediencia, a veces muy dolorosa (Cfr. Heb. 5,8; Fil. 2,8; Jn. 4,34; 8,28-29). Antes de pedir obediencia a sus súbditos, el Magisterio debe él mismo obedecer y estar muy ligado a la Tradición ya la Escritura. Luego sí puede, y debe, pedir esta misma obediencia a los súbditos, pues “ejerce su autoridad en nombre de Jesucristo” (DV 10). Pero no debe organizar la doctrina de tal manera que la profecía, lo nuevo que cuestiona, se tome sinónimo de herejía o de re¬beldía. La obediencia no excluye que pueda y deba haber siempre un Pablo que cuestione a Pedro (Cfr. Gál. 2,14).

37. “El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado únicamente al Magisterio de la Iglesia” (DV 10). Este oficio ha sido ejercido pocas veces. No son muchos los textos cuyo sentido haya sido declarado auténticamente por el Magisterio. Esto no significa que, en la interpretación de los otros textos, el intérprete no necesita tener en cuenta la fe de la Iglesia. El papel de la Iglesia y del Magisterio en la interpretación de la Biblia, no consiste sólo en declarar auténticamente el sentido de uno u otro texto controvertido de ésta. Su papel es mucho más amplio: estimular y animarla lectura de la Sagrada Escritura, defenderla contra posibles desvíos, mantenerla dentro del marco de la Tra¬dición y del objetivo de la Palabra de Dios, difundirla entre el Pueblo de Dios para que ella llegue a ser el alimento diario de todos los fieles (Cfr. DV 21-25) .

38. Consideradas así las cosas, el Magisterio puede mirar con gratitud el fenómeno que marca con más fuerza la historia de las Iglesias en América Latina: los pobres leen la Biblia en comunidad, desde su fe y su realidad, encuentran en ella la luz y la fuerza para su caminar y su lucha, y basándose en la Biblia, denuncian y corrigen muchas cosas erradas en la sociedad, en la Iglesia y en la familia.


VIII. Tener en cuenta los criterios de la fe

39. Para descubrir todo el sentido de la Biblia, no basta la razón. “La Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue es¬crita” (DV 12). Para alcanzar este objetivo, es necesario atender a los crite¬rios propios de la fe cristiana, que son tres: “Hay que tener en cuenta con no menor cuidado el contenido y la unidad de toda la Escritura, la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe” (DV 12). Los tres tienen el mismo objetivo: descubrir el sentido pleno de la Biblia, impedir que su sentido sea manipulado y evitar que el texto sea aislado de su contexto y de la tradición que lo generó y lo transmite. Veamos los tres:

40. Tener en cuenta el contenido y la unidad de toda la Escritura. Este criterio nos muestra la importancia de tener una visión global de toda la Biblia. Porque la visión de conjunto amplía el sentido de un texto, ayuda a situarlo dentro de su contexto (literario, histórico y teológico), ilumina las distintas partes y los detalles, e impide que se absoluticen ciertos textos en detrimento de otros. Es un criterio elemental, muy antiguo, que viene de los rabinos y de los Padres de la Iglesia, según el cual la Biblia se explica por la Biblia.

41. Tener en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia. La Tradición tiene que ver con la Biblia antes, durante y después de la misma Biblia. Antes de escribirse, la Biblia fue narrada. Luego, fue escrita poco a poco, en un proceso de transmisión de las historias y doctrinas, costumbres y tradi¬ciones del pueblo. Finalmente, una vez escrita, continuó transmitiéndose de generación en generación, hasta hoy, dentro de una tradición viva. Aquí hay varios aspectos que deben ser considerados:

42. Primero. Es muy importante señalar que un texto no cayó sor¬presivamente del cielo; nació dentro de la tradición viva de la fe del Pueblo de Dios, quedándose en medio de los conflictos de la marcha. Leído y re¬leído por las generaciones posteriores, el texto fue llevado por la Tradición como un barco por el río. Este proceso de lectura y relectura está en el origen de la Biblia .

43. Segundo. La Biblia, dentro de la Tradición viva de la Iglesia, es la continuación de este proceso; es el mismo río, que corre en dirección al mar, y empuja el mismo barco. No se puede dejar de lado la Tradición de la Iglesia, para quedarse sólo con el texto. La interpretación de la Biblia, a través de los siglos, fue explicitando el sentido. Hizo nacer el fruto poco a poco, cuya semilla estaba en la Biblia. Además, la vivencia de la misma fe en situaciones diferentes, hizo surgir tradiciones diferentes que ya aparecen en la Biblia y marcan toda la historia de la Iglesia. El estudio de la Tradición nos ayuda a descubrir cómo la misma fe puede ser encarnada y vivida en las situaciones tan diferentes que viven nuestras comunidades.



44. Tercero. Todo esto nos muestra la importancia del estudio de la exégesis de los Santos Padres (DV 23) . La exégesis de los Santos Padres es importante sobre todo a causa de la visión siempre actual con que mira, lee e interpreta la Biblia.

45. Tener en cuenta la analogía de la fe. El texto debe ser leído no solamente dentro del conjunto de la Biblia y del conjunto de la Tradición, sino también dentro del conjunto de la vida actual de la Iglesia. Debe obedecer no sólo a las exigencias de la fe de antes, sino también a las exigencias de la fe de hoy. Esto se llama analogía de la fe. “La fidelidad a la Palabra Encarnada exige también, en virtud de la dinámica de la Encamación, que el mensaje se haga presente, en su integridad, no sólo al hombre en general, sino también al hombre de hoy, a quien ahora es anunciado el mensaje. Cristo se hizo contemporáneo de algunos hombres, hablando su lenguaje. La fidelidad que se le debe, requiere que esta contemporaneidad continúe. Es la tarea de la Iglesia con su Tradición, su Magisterio y su predicación” (Pablo VI) . Así, la Biblia es colocada en su debido lugar dentro del plan de Dios, evitándose las exageraciones y restricciones indebidas.


IX. Tener en cuenta los criterios de la realidad

46. Los criterios de la realidad se sitúan en dos niveles diferentes: la realidad del pueblo del tiempo en que fue escrita la Biblia y la realidad del pueblo que hoy lee la Biblia. Ambos tienen sus respectivas exigencias que deben ser tenidas en cuenta en la interpretación. Se trata de descubrir el suelo común humano que une al pueblo de la Biblia con el pueblo de América Latina en una misma situación ante Dios, y así crear la abertura para lograr percibir el alcance del texto en lo que se refiere a nuestra reali¬dad.

47. Tener en cuenta la realidad del pueblo de aquel tiempo en que fue escrito el texto. Sobre este punto, el Magisterio no deja ninguna duda. “El intérprete debe transportarse con el pensamiento a aquellos tiempos antiguos del Oriente” (Pío XII, 20). Debe investigar la situación y la cultura del tiempo del escritor del texto bíblico y descubrir las circunstancias que lo llevaron a escribir, para que pueda llegar a comprender el sentido exacto del texto (DV 12). Para alcanzar este objetivo, el intérprete debe usar las ciencias con sus variados métodos . Los métodos de análisis de las ciencias sociales nos ayudan a percibir mejor el aspecto económico, social, político e ideológico de la situación del pueblo en aquellos tiempos. De este modo, con la ayuda de las ciencias, el intérprete establece el sentido-en-si del texto, y lo prepara, para que el lector pueda descubrir allí el sentido que tiene para nosotros. Es decir, el intérprete establece “una cierta con naturalidad entre los intereses actuales y el tema del texto, para que pueda estar dispuesto a entenderlo” (Pablo VI) . La necesidad de tener en cuenta la realidad del pueblo del tiempo en que fue escrito el texto, es consecuencia natural de nuestra fe en la encamación de la Palabra de Dios en la historia humana. Es también una forma de fidelidad a la Tradición de los Padres de la Iglesia. Antes de buscar los frutos del Espíritu, ellos mandaban investigar la letra y la historia. Aún más, situando el texto en el contexto concreto y conflictivo de su origen, ayudamos al lector a superar el fundamentalismo que causa tantos problemas y estragos en la fe del pueblo.

48. Tener en cuenta la realidad del pueblo que lee hoy el texto. La Biblia nació de la preocupación de volver a encontrar, en la realidad conflictiva de cada época, el llamado del mismo Dios de siempre. El mismo Jesús explicó la Biblia partiendo de los problemas que los dos discípulos de Emaús esta¬ban viviendo (Lc. 24,13-35). Pablo VI dice que no basta al intérprete exponer el sentido histórico del texto. Debe exponerlo también “en relación con el hombre contemporáneo” (Pablo VI) . Y en otro de sus discursos añade: “La fidelidad al hombre moderno, aunque ardua y difícil, si queremos permanecer enteramente fieles al mensaje, es necesaria” (Pablo VI, a los profesores de Sagrada Escritura, 25.09.1970). Aquí, en América Latina, esto significa fidelidad a los pobres. Por lo tanto, la opción preferencial por los pobres definida en Puebla, es el punto de partida desde donde debemos leer e interpretar la Biblia para todos, ricos y pobres, sin ninguna excepción.

49. Leer la Biblia desde los pobres exige que se descubran y analicen las causas que generan la pobreza, causas económicas, sociales, políticas e ideológicas. No se trata aquí de la lectura reduccionista de la Palabra de Dios. No se reduce nada. ¡Por el contrario!, se ensancha el ángulo de visión, incluyendo lo que antes no se consideraba. La interpretación dejó de ser es¬piritualista y alienada, y pasó a iluminar las situaciones más concretas de la vida del pueblo. ¡Volvió a ser una Buena Nueva para los pobres! Ayuda a alcanzar el objetivo principal de la Biblia: “¡Si ustedes pudiesen oír hoy su voz!” (Sal. 95,7).




X. La lectura orante de la Biblia

50. La Biblia debe ser leída e interpretada en el mismo Espíritu en que fue escrita (DV 12). Como hemos visto, esto exige del intérprete que use los criterios de la fe y de la realidad. No obstante, aún no basta. El descubrimiento del sentido depende no solamente del estudio, sino tiene que ver también con la vivencia tanto de la fe como de la vida del pueblo. Exige crear un ambiente en el cual el Espíritu pueda actuar, obrar libremente y revelar el sentido que el texto antiguo tiene para nosotros, hoy, aquí en América Latina. Se llama “sentido espiritual”.

51. Esto significa, concretamente, que se debe: 1) Crear un ambiente de escucha y de silencio. 2) Tener una preocupación constante de profundizar en la vida del pueblo con sus problemas, y dejar que las alegrías y las tristezas de éste entren en nuestra mente, nuestro corazón, nuestras manos y nuestros pies. 3) Integrar todo en la oración. 4) Dedicar un tiempo a la celebración de la Palabra y no sólo al estudio. 5) Hacer que el estudio termine en la participación, la oración y el compromiso concreto. 6) Dar la debida importancia a la liturgia, los sacramentos y el Oficio Divino, y también a las formas de piedad que el pueblo ha creado para celebrar y animar su fe. 7) Saber celebrar la Palabra como Sacramento de Cristo, vivo en medio de la Comunidad. Ahora, todo esto es exactamente lo que el pueblo nos enseña a través de su práctica. Este nunca se reúne en tomo de la Palabra de Dios, sin rezar y cantar.

52. Una palabra vale no sólo por la idea que transmite, sino también por la fuerza que comunica. No sólo dice, sino que también hace. No es úni¬camente un medio de concientización, sino también un medio de transmitir el calor y la fuerza del amor y la amistad. ¡Luz y fuerza! Estos dos aspectos de la Palabra de Dios deben ser provocados por la lectura de la Biblia. El término hebraico dabar significa, al mismo tiempo, palabra y cosa: dice y hace, anuncia y presenta, enseña y anima, ilumina y fortalece, es luz y fuerza, es Palabra y Espíritu. En la historia de la Iglesia, este tipo de lectura recibió el nombre de Lectio Divina, muy recomendada por el concilio (DV 25).

53. El intérprete debe someterse, él mismo, al juicio de la Palabra de Dios y dejar que se encame en su vida: “El que escruta la Sagrada Escritura es, primeramente, escrutado por ella y, por tanto, debe acercarse a ella con espíritu de humilde disponibilidad, necesario para la plena comprensión de su mensaje” (Pablo VI) . Y en otro discurso, citando a San Agustín, el Papa dice: “A los que se consagran al estudio de las Sagradas Escrituras no basta recomendar que sean versados en el conocimiento de los pormenores del lenguaje; además de eso, lo primordial y al mismo tiempo sumamente necesario, conviene que oren para comprender (orent ut intelligent)” (Pablo VI) .


XL. Toda exégesis debe estar al servicio de la evangelización

54. La exégesis no tiene finalidad en sí misma, ella está al servicio de la vida y de la misión de la Iglesia. La misión principal es la evangelización, que busca la transformación de las personas y de la sociedad. Al hablar de los métodos de interpretación, el Papa Juan Pablo II dijo a los miembros de la Pontificia Comisión Bíblica: “En la Iglesia, todos los métodos deben estar, directa o indirectamente, al servicio de la Evangelización” (Juan Pablo II) . En efecto, por la naturaleza de su trabajo, el exegeta siempre corre el peligro de encerrarse en sus preocupaciones científicas y olvidar el objetivo de la Palabra de Dios. Además, “la fidelidad a su tarea de inter¬pretación exige del exegeta que no se contente solamente con estudiar aspectos secundarios de los textos bíblicos, sino que ponga en evidencia su mensaje principal que es un mensaje religioso, un llamado a la conversión y una Buena Noticia de Salvación, capaz de transformar la persona y la sociedad humana toda entera, introduciéndola en la comunión divina” (Juan Pablo II, ibid.).

55. Esto exige sobre todo dos cosas: 1) Durante todo el tiempo del estudio de la Biblia, el exegeta debe tener presente la realidad del pueblo que ha de ser evangelizado. 2) Para que la Iglesia, cada Comunidad, sea real¬mente evangelizadora, no sólo con las palabras, sino primeramente por el testimonio de vida, debe permitir que la Palabra la transforme en señal y en muestra gratis de aquello que quiere anunciar a todos. Para lograrlo es nece¬sario que su vida toda sea alimentada y penetrada por la Palabra de Dios, hasta el punto de “alumbrar el entendimiento, confirmar la voluntad y encender el corazón” (DV 23).

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Você profetas ou Juan e Jesus e líderes de outros tempo de daquele popular




Dados confiantes dois evangelhos de próprios, você os intérpretes dão insistem de Bíblia, e razão de com, novidade de na de Jesus em em frente a Cambric de João. Mas novidade de outra existe, prévio e não menos importante, de Juan e Jesus em unem os líderes de outros de aos dianteiros tempo de daquele popular. Ela é ou pano de mim achados fazem anúncio fazem Reino de Deus, começada para o Juan (Mt 3,1-2) e continuou para Jesus (Mt 4,17). É desta novidade prévia que nisto de falaremos de nós que eu articula.

I. Non Juan e Jesus reapareceu para profecia

Princípio de Non dá Igreja, ou reconhecendo de dificuldade de teve Cristão para novidade de Jesus em de imediatamente em frente a Juan (Hch 18,25; 19,1-3). Jesus foi visto descasca cidade como continuator de um faça trabalho de Juan (Mc 8,28). Ele só começou ao para pedir na Galiléia "depois de deles / delas que ou o Juan capturou" fosse (Mc 1,14; Mt 4,12). Ambos o anunciaram para mensagem de mesma, defenderam deles para causas de mesma (Mt 3,1-2 e Mt 4,17). Alguns amarrou aquele pensaram deles que ou Jesus ressuscitado de foi ou Juan (Mc 6,14-16; Mt 16,14). Tão grande era entre ambos para semelhança! De lá para freqüente de tão de insistência dois evangelhos é compreendida na superioridade de Jesus em em frente a Juan (cfr. Mt 3,11; 11,11; Mc 1,7-8; Lc 1,76; 3,15-16; Jn 1,8.19-39; 3,27-30).

Para semelhança entre ou Juan e Jesus fato de non de estava que ambos reconhecidos de foram descasca cidade como profetas. Juan foi visto, não de eu como um turbulento digite de Barabbas, nem como pharisee de ou de escriturário, mas eu como o profeta de um (Mt 11,9; 14,5; 21,26; Mc 11,30-32; Lc 1,76). Para mesma coisa foi dita de Jesus: É de Ele / ela o profeta de um!"" (Jn 9,17; Cfr. Mt 16,14; 21,11.46; Mc 6,15; Lc 7,16.39; Jn 4,19). Nisto é, para identificação deles / delas como profetas que é para novidade de ambos o em os líderes de outros de aos dianteiros tempo de daquele popular.

Faça século VI antes do Cristo, tempo de egeu e Zacarías, para cessado de tinha de profecia. Mais profetas não existem!", dito de foi lhe dá modo (Sal 74,9; cfr. Salgue 77,9; Lam 2,9; 1 Mac 9,27; Eles dão 3,38). Para viveu de pessoa que espera a chegada faça profeta prometido por Moses (Dt 18,15; l Mac 4,46; 14,41). Esperar com de terminou de longa a chegada de Juan (Lc 16,16). Em Jesus para cidade que "ou profeta que vir de deveria para ou reconheceu mundial (Jn 6,14)." Depois que ou Juan e Jesus que vieram de profetas de outros, verdadeiro e falso (Mt 24,11.24). De deles de alguns fala dele / ela ou Testamento Novo, de outro Flávio Josefo informa livro de seu de em Antigüidades judeu (AJ). Nós deixe para ver deles de alguns:

1. Nós 36, é isto, depois de ânus de dez de Cambric de João, anônimo de samaritano de um que chamou à cidade ao montes de Garizim. Prometeu de Ele / ela para revelar ou colocar onde ou Moses tinha escondido você utensílios sagrado fazem santuário. Pilatos, ou advogado romano, soube, enviou para se agrupar o dá / o dela e matou para maioria (XVIII AJ 4,1-3).

2. Nós 45, certo de um chamou de Teudas cidade de à para Jordan. Prometeu de Ele / ela para dividir águas de ás e abrir passagem de uma. Fadus, ou advogado romano, soube, enviou para se agrupar o/a dá, dispersou cidade de à, matou Teudas e cortou de lhe para cabeça para poder mostrar para isto cidade de à de Jerusalém (XX AJ 5,1).

3. Nós 56, egípcio de um, anônima de carta de também, chamada à cidade ao abandona onde ascenderam deles une ao isto Monta você dá oliveiras. Prometeu de Ele / ela que, ele/ela dá coisa alta, veriam deles ou outono que você dá paredes de Jerusalém. Félix, ou advogado romano, soube, enviou para se agrupar o/a dá, capturou duzentos de à e matou quatrocentos de à. Ou escapou de egípcio e para aumentou de extorsão (XX AJ 8,6).

4. Nós 60, outro ele / ela você apareceu como profeta. Prometeu de Ele / ela "liberdade e liberação dão misérias para esses que seguiram isto ao desertos." Festus, ou advogado romano, soube, enviou para se agrupar o dá / o dela e tudo de destruiu (XX AJ 8,10).

Como é você, os havia outros muitos profetas. Para você romano, e para coisa de mesma para você escriturários e pharisee, não havia muita diferença entre profetas são e você outros os líderes populares. Para exemplo, (Hech 21,38) ou capitão romano que firmou ou Pablo, confuso ou egípcio de profeta e você os seguidores o dão / o com dela você "assassinos." Confundiu de Pilatos ou Jesus com o Barabbas, um turbulento (Mc 15,7), e esses de com que você ou eu rimos de autoproclamaban dois judeus (Mc 15,9). Você que acusa de Jesus fizeram para confusão de mesma (Lc 23,2.5). Gamaliel, doutor dá eu leitura, colocou ou profeta Teudas na mesma linha de Judas, ou chefe de grupo de um de turbulento, e ele não acreditou em nenhum de ambos (Hech 5,35 - 37). Contanto que, diferença de uma de havia muito grande entre você os profetas e você outros os líderes populares: assassinos, turbulento, zelotas, você ri messiânicos e outros.

Para quando de diferença se aparece a pessoa para examinar mais que intima ou movimento tempo de daquele popular. Ele/ela dá invasão romana nos 63 antes de Cristo, para briga ele/ela dá cidade contra para opressão, entrou em um processo de progressivo de radicalización, isto é, entrou em um processo dele / ela de raízes de às de volta, passando de enquanto para fases de várias. Ou reaparecimiento dá com de profecia ou Juan e Jesus, redor de ao fazem ânus 26 de nossa que era, uma de era realizam em fases mais neste radicalización processo dá briga que ele/ela dá cidade. Nós deixe para ver fases de ás lhe dá processo de perto.

II. Fases de ás variaram faça movimento popular

1. Dois 63 aos 37 antes de Cristo

Nós 63, ocupou de Roma para a Palestina e ou / impôs dela, novamente, um tributo pesado, fracasse dois 142, quando Simón, Macabeo, conquistou para independência (1 Mac 13,37; 13, 39-41). Lhe dê modo, dois 63, você rendendo de acabaram de fazendeiros, junto com você tributos de outros e impostos, quase para metade dá produção deles / delas para ou novo de padrão. Além isso disse, civis de guerras de ás fazem fim dá República e faz começo fazem eles de Império eram desastroso que pára a cidade de Palestina.

Que você marca a reação que ele/ela dá cidade durante este período, é por falta de direção. Quase toda a ânus explodiu uma revolta, principalmente na Galiléia. Opresso e confuso, para sem de reagiu de cidade saber que endereço para pesar. E aquilo de tudo de com que prometeu dele / ela para aliviar ou eu peso faça tributo romano: nós 57, com o Alejandro, para pessoa ambiciosa que procura para ou trono; nós 56, com Aristóbulo, ou pai de Alejandro e eu ri deposto cabelo romano; nós 55, com de novamente o Alejandro; nós 54, com Pitolao, fazendeiro de Galiléia que acabou que ocupa a cidade de Tariquea, lago de non; nós 47, com Ezequías, ou chefe famoso de grupo de um disso operou non nordeste turbulento de Galiléia (XIV AJ 5-9).

Flávio Josefo diz que, para tempo daquele, Galiléia estava cheia com você os "bandidos e ladrões." Descrevendo para desses de vida que chamam você "ladrões", ele informa: "Roubar é para prática comum desta cidade, porque não há outro modo de forma que eles vivo: eles não tiveram uma cidade que deles de foros de nem, eles não possuíram terra, só alguns buracos onde eles vivem une com que você anima deles (XV AJ 10,3) / delas. Em outro palavra, era tem interior de cidade de uma mais que suficiente empobrecido faça para ou qual ele não teve nada mais que bastante. Tudo era afastado ele / ela! A revolta deles / delas era fruta que eu desespero.

Dois digita de encorajaram de líderes a briga dá período de neste de cidade: mão de uma de em, o Alejandro e Aristóbulo, de real família que quis de você / eles para reconquistar ou ser capaz para perdido; para lado de outro, Pitolao e Ezequías, de origem rural. Pitolao acabou apoiando para briga de Aristóbulo e Alejandro. Para era pobre e armas de taenia de não dar cidade de à que seguiu (XIV AJ 5,2; 7;3) isto.

Repressão de Na para ou movimento popular, você adquiriram romano para ajuda dá dirigindo de classe de Jerusalém. Herodes, exército ou notável dominante dão Galiléia (47-41), apoiou para Hircano, ou Pai Supremo, faces, conquista e matanças de Ezequías. Depois, nós 38, eu ri notável que ele/ela dá para a Palestina para ordenação de uma fazem Senado romano, mesmo começa de Herodes reinaram seu "limpar tentador para Galiléia faça vandalismo." Para ou trabalho feito ele recebeu você elogia dois proprietários dão região (XIV AJ 9,2-3; 15,4-6).

2. Dois 37 aos 4 antes de Cristo

É ou período fazem governo de Herodes. Era período de um de calma relativa, revoltas de sem maiores popular. Acalmar isto era fruta, em que parte, faça controles severo ele/ela dá população pára a polícia de Herodes que atraiu espionagem de à, para acusação e tortura e, em parte, ele/ela dá econômica de estabilidade como conseqüência você se dá modo ou chamado romano" Pax." Octaviano Augusto, imperador dois 31, taenia tudo ou promovendo de interesse umas político de estabilidade e depois de paz de tantos ânus de guerra civil.

Para para cidade de Palestina, para exemplo, ou governo de Herodes não trouxe para paz. Era um governo duro, browser e repressivo (XVII AJ 11,2). Ou descontentamento pôde de só popular para mostrar indiretamente, em tempo de modo muito limitado, pequeno antes de dá morte de Herodes. Pharisee de Dois, Matías e Judas, ambos você doutores dá eu li e querido professores. puderam deles para pesar aos estudantes deles / delas a águia romana que enviou de Herodes para colocar na se comporta de entrada eu tempero novo ele/ela paradas para esmigalhar. Herodes, já de velho e morto de quase, violência de com de reagiu dele / ela. Enviou que estavam deles queimados vivo ou dois mais pharisee quarenta dois estudantes deles / delas. Este buscava de fato ou estopín param a explosão ele/ela dá revolta popular a morte de Herodes (XVII AJ 6,2-4; 9,1).

Jesus termo de ao de nasce faz governo de Herodes. É ou tempo dão infância deles / delas ele/ela dá para qual ou Lucas diz: Cresceu de Ele", você tornaba robusto e cheios de sabedoria (Lc 2,40) de estavam."

3. Dois 4 antes de Cristo aos 6 depois de Cristo

É ou período fazem governo de Arquelao que aconteceu para Herodes em Judea. Era um marcaram período descasca explosão que ele/ela dá violência. Eles eram dez confundiu ânus, de repressão, de massacres. Non mesmo dia naquele Arquelao você apareceu descasca primeira cronometram pára a cidade, ou dia de Páscoa faz ânus 4, provocou para massacrar de 3000 pessoas. Você interior de peregrinos faz aquele pôde para escapar dá massacre, deu ou alarme e, em seguido, para quase de explodiu de revolta simultaneamente, não inteiro rural (XVII AJ 8,4; 9,1-3).

Mas era longo de mais de nenhum ou mesmo digitam de revolta de antes faça governo de Herodes. Para experiência negue e doloroso faça repressivo de longo reinado fazem eu Ri Herodes fez emirja que ele/ela dá perigosa de memória ele/ela dá cidade ou eu Ri messiânico escondido e já quase esperança esquecido, de David novo que vir de deveria para liberar a cidade de sua dá violência e ele/ela dá opressão (Salgue 72,3.12-14). A consciência ele/ela dá cresceu de cidade! Você conduza que neste disso popular surge período eles são nenhum mais turbulento longo simples, direção de sem de descontentamentos. Eles já sabem bem ou aquele quer de você / eles. Eles atraem às promessas velhas feitas ao que o David e você riem que ele/ela dá cidade proclamaram é.

Lhe dê modo, em Galiléia, é Judas, daquele de filho assassinado de Ezequías para Herodes que ou eu ri ele/ela dá cidade (XVII AJ 10,4-5) proclamaram é; em Pérsia, para ou outro apóiam de Jordan, ele é Simón, ex-escravo de um de Herodes (XVII AJ 10,6); Judea de em, é Atronges, pastor de físico de força enorme (XVII AJ 10,7). Tudo eles tiveram popularidade grande. Para cidade é reconhecida neles e eu o colhemos mass. Na briga deles / delas contra a opressão, é fundado eles oferecem uma motivação mais que tem que ver com a fé em de deles / delas Deus e com para missão deles / delas como cidade de Deus. Esta volta para ou passado, para ou reina de David, eu ri e pastoreio, ajudado à cidade ao redescobrir sua identidade e missão e guiar briga de sua de bem.

Para repressão romana, este tempo, direto de era e eu force. Ela fez falhe para experiência fazem messiânico reinado. Séforis, ou capital de Galiléia, era completamente destruído e reduzida de população de sua param a escravidão. Jerusalém, ou capital de Judea, escapou ele/ela dá destruição, porque seus distanciaram habitando foram dá revolta que ele/ela dá interior de cidade fazem e ás de abriram deles que você se comporta que você dá cidades para receber para mim Encalhe, ou o general romano que veio para reprimir a revolta. Mas ou interior de passado de foi de Judea depressa ás tropas romanas e dois mil foi rebelde capturado. Ou ordenou geral para você para crucificar para redor de ao de Jerusalém (XVII AJ 10,8-10).

Neste mesmo período, ou página o Jesus, deixando para infância e entrando em adolescência de à que "você sabedoria de em de desenvolveu, tamanho de em e graça de em antes de Deus e dois homens (Lc 2,52)." É conveniente pára daquele de lembrar Nazaré quase não que era a você se são quilômetros de oito de ou de Séforis, ou capital que foi acetinado e escravizado de foi.

4. Dois 6 aos 41 depois de Cristo

É ou período dois advogados Judea de em romano. Em enfrentam inabilidade de à de Arquelao de controlar a situação a favor de Roma, interveio ou Imperador, depois de Arquelao e mudou ou régime fazem país. Foi de Judea transformaram município de em advogado de próprio de com romano. Um leva um censo de foi decretado para ser capaz para reorganizar a administração e bem de garantir ou pagamento faça tributo. Para meio mediram destas, deixou de Roma muito claro para todo o sua decisão firme de manter ou região de na de controle e de espremer qualquer revolta tipo.

Ou eu levo um censo de reação de uma de provocou forte popular, na de overalls Galiléia que uma de foi de mais reação diferente para ou prévio. Não era cega de revolta de uma que ele/ela dá extorsão fazem tempo de Pitolao e de Ezequías, fazem nem para briga real mesianismo fazem tempo de Atronges e outros. Era bastante resistência de uma atento faça zelo que pára a mim Lido de Deus, dirigiu por Judas de Gamla e pára Sadoq, ou pharisee. Flávio Josefo é como ou levou de zelo é de Judas e Sadoq (XVIII AJ 1,2.6).

Ou zelo era algo velho de muito, muito que tradição de na inveterada dá cidade de Israel. Passado de Non, tinha encorajado Fineés na briga contra você infiéis (Núm 25,7-12), faça o profeta Elías na briga contra Jezabel e você falsos profetas (1 R 18,4); 19,10.14) e, overalls, de velho de Matatías, pai de Macabeos, briga de na contra Antíoco, ou o perseguidor dá cidade (1 Mac 2, 24-28). Ou zelo pára a mim Leia de nasceu de Deus faça desejo de às de fidelidade exige ele/ela dá Aliança.

A direção fazem dependeu de zelo que ele/ela dá que tido daquele de visão de Deus e ele/ela dá que eu Li de Deus. Eu não me caso do Judas e Sadoq, ou levou de zelo para seguinte de direção: para não dar ou censo de ao de nome, não taxam nem não para pagar pagamento de eu o romano, afirmar a liberdade contra Roma, reconhecer de não ou imperador romano como Senhor, porque só Yahvé, ou Deus de Israel, é ou só Sr. ele/ela dá cidade (XVIII AJ 1,1.6).

Ou movimento de Zelotas teve sua origem neste zelo pára a mim Leia de Deus que levou dele / ela é de Judas e Sadoq com ocasião que eu levo um censo de faça ânus 6. Para exemplo, ou movimento de Zelotas não nasceu gostam de movimento organizado mas eu como mentalidade de uma que, de repente, custo de levou dele / ela fazem modo de pensar e de você se comportar de pessoas de muitas e começou dele / ela para ser refletido para tudo você canções como mancha de superfície de na de óleo dá água. Manche perigoso! Era uma formam de nova de resistência aos romano, um passo mais naquele radicalización processo que ele/ela dá briga que ele/ela dá cidade, depois fazem fracasso ele/ela dá cega de revolta e faz real mesianismo. Dizendo de Flávio Josefo, para festa organizada de Zelotas pareceu dele / ela muito posterior durante ou governo fazem advogado romano Gessio Floro (64-66) (XVIII AJ 1,6).

Tempo de Neste de Judas e Sadoq, Jesus jovem, chegando à cochilam idade ânus-velha aquele passou para participar completamente dá vida ele/ela dá comunidade e começou dele / ela para aprender como profissão de uma para ser ganha a vida.

A mudança de régime, ocasião de com decretada fazem testemunho de Arquelao, uma de trouxe se tranqüiliza o parente que durou fazem ânus 6 amarrou ou ânus 41. Mas a ameaça ele/ela dá explosão popular e ele/ela dá destruição para você existindo de continuou romano. Ou confuso esporádico, como, para exemplo, ou de Barabbas (Mc 15,7) e faz ones de Galilean (Lc 13,1), como também para repressão imediata romano, eles você lembraram dá gravidade extrema que ele/ela dá situação. Bem, eu não sou fundado ele/ela dá consciência, ou zelo, a resistência ele/ela dá cidade, possibilidade de sem de cresceu de saída de uma, como um fogo reprimiu debaixo você dá cinzas. Alguém era bastante para soprar e viria de Roma e terminariam com a nação (cfr. Jn 11,48), eu como na realidade aconteceu non ânus 70. Acalmar não de quase era trégua de uma, oferecida de ocasião de uma para historia.por Dios.para para revisão de uma de fazer ele/ela dá direção de caminhar e ele/ela dá briga que ele/ela dá cidade.

Estava na realidade neste período de calma relativa e de revisão que você os profetas você apareceram. São de Eles você os profetas, porque ler de souberam deles você sinais dá vezes, capturaram deles para chamada de expresso de Deus e escondido eu ainda não grito pobre faça e, lhe dê modo, você você levar-vozs de tornaron você dá mais de aspirações você acha cidade de na de Deus. Ou reaparecimiento dá profecia era um passo mais naquele radicalización processo que ele/ela dá briga que ele/ela dá cidade contra para opressão. João Cambraia foi ou primeiro. Então, Jesus veio seguiram em. Deles de Depois, outros de vieram. Ou aquele é ou que você quiseram de profetas e ou aquelas paradas de representou de você / eles para cidade oprimida?

III. Você os profetas e ou movimento popular

Você quiseram de profetas e coisas de prometeram deles que muito simples e muito significante param a cidade: 1. Ou prometeram de samaritano para revelar ou colocar dois utensílios sagrado fazem tempo de Moses; 2. Ou Cambric de João, ou egípcio e ou chamaram de anônimo de profeta à cidade ao desertos; 3. Prometeu de Teudas para separar águas de ás de Jordan e abrir passagem de uma pára a cidade; 4. Ou Jesus e ou anunciaram de egípcio ou outono dão paredes de Jerusalém; 5. Cambraia de João. e ou Jesus anunciou para chegada fazem Reino de Deus; 6. Ambos ou exigiu (mudança de mentalidade e de comportamento) metanoia; 7. Ou Jesus e ou anunciaram de anônimo de profeta para liberação dá injustiças e ela dá opressão.

Nestes é você pontos de mais de ou fazem para rezar profético, embora de tempos e de pessoas diferente, existe unidade de uma. São de Elas como filiais dão mesma arraigam, é você frutas que ele/ela dá revisão de mesma que estava sendo feita na direção dá estrada. Fica de Neles nova de leitura de uma transparente que dois feita de fatos fazem passado dá cidade e descasca luz ele/ela dá fé em de deles / delas Deus.

Realidade de Na, como víssemos de nós, para situação nisso ele / ela era a um de em de cidade que limita de situação de gravidade extrema. Mas você os líderes que ajudar de deveriam cidade de à para saída de uma de achar, contínuo datado dentro de horizonte você dá próprias idéias deles / delas e preocupações. Para isso, perderam deles para capacidade para ler você fatos e de ter levado foros a lição ele/ela dá história (Mt 16,1-3).

Ou pharisee e você doutores dá eu li viveram interessados com a observância que ele/ela dá que eu li de ele/ela com de acordo para tradição fazem velho (Mc 7,3-4.13). Para eles, a perfeita de observância dá ele/ela eu li e ele/ela dá tradição era a prévia de condição de forma que ou Reino de Deus ameixas secas chegar (cfr. Lc 17,20). Eles não quiseram para saber quase nenhum turbulento (Hech 5,36-37) de você riem messiânicos (Jn 19,12; Mc 15,32). Apesar de estar contra você romano, quiseram de não deles ou conflito aberto com eles, porque quiseram deles para acalmar necessária para ser capaz para observar a mim leram de Deus. Eles não aliviaram ou peso dá vida (Mt 23,4), rejeitaram de deles de muitos à cidade pobre como ignorante (jn 9,34; 7,49) e levaram de não deles ou movimento popular seriamente volume de em de Juan e Jesus (Lc 7,29-30.33-35; Mt 21,32; Jn 7,48). Eles nem não perceberam para gravidade fazem momento a necessidade de mudança de uma de estrada de na de direção e, para isso, percebeu deles de sem, dirigiram deles à cidade ao desastre (Lc 13,1-3; 19,41-44; 13,34-35). Cercaram de Eles para própria sabedoria (Lc 7,35) deles / delas e, lhe dê tornaron de você de modo reconhecer incapaz para chegada gratuito faça Reino de Deus entre ou pobre (Mt 11,25).

Você os Pais Supremos, você homens Velhos e aplaudiram de Saduceos para mudança de régime que com de veio dele / ela ou testemunho de non de Arquelao ânus 6 atrás de de Cristo. Eles eram eles esses que tinham enviaram delegação de uma para Roma pedir ou testemunho (XVII AJ 13,2.5). Políticos de ás romano favoreceram você interesses dá dirigindo de classe, ele/ela dá nobreza local, faça latifundistas e dois comerciantes grandes, cobrindo ou controle e para repressão você se dá modo cidade de à (cfr. Jn 11,45-49). Ditos de Foram você benfeitores dá cidade, mas, realidade de na, eram deles você browsers (Lc 22,25) deles / delas. Em nome deles qualquer melhoria não viria pára a vida pobre faça.

Ou esenios, convencido de ser eles retificam só o Israel, eles rejeitaram ao outro e refúgio de levaram deles eu não abandono para ser pureza de à capaz que para mim leu viver de deles de exigiu e, lhe dê modo, preparar a chegada fazem Reino de Deus.

Para insistência de você você conduz que observância de na religiosa dá eu li esqueça de feito de tinha dele / ela de "para graça e clemência" e (Mt 9,13; 12,7), para isso, empoleiram visão de feito de tinha dele / ela ou objetivo dá eu li de Deus (Mc 7,8 - 13). A na de insistência pureza legal e estreita de concepção e nacionalista de eleição de sua como cidade de tinha de Deus provocada divisões dentro de ele/ela dão cidade de própria. Havia muitos grupos. Cada buscou de grupo para ser ou "resto fiel", outro de ao de excomungou e perdeu de visão para real situação dão cidade empobreceram cidades de nas e campo de non. Dividido, ou Israel já não revelou para enfrentar de goste de Deus. Já não completou para missão deles / delas de ser Luz dá nações. Contrário de cabelo, pára causa deles / delas, ou Nome de Deus estava sendo blasfemou entre cidades de ás (Rom 2,24).

E ou qual é para solidificar alternativa que para mentalidade de ofereceu de Zelotas à cidade além fazem ódio para você romano e além fazem estreito e visão de mesma de alienou dão observância que ele/ela dá que eu li de Deus? Reduziram de Eles ou zelo param a mim leia de Deus para vingativa de reação de uma contra Roma e esqueceram deles que ele/ela dá dimensão de verdadeira que ele/ela dá missão deles / delas como cidade de Deus.

E para cidade pobre, desconhecida e rejeitou para líderes é e você se agrupa vanguarda deles / delas, cidade explorada e reprimiu cabelo romano e você colaborando deles / delas, como reagiu dele / ela? Para fé viveu de deles / delas eu me caso contrário. Cansado de tudo, empobreceu através de causa faça tributo, incapaz observar tradições de ás dois escriturários e pharisee e não que confiam ou humano promete mais, explodiram deles dentro de confundiu. Como pastoreiam sem de ovelha, massa de continuou ao turbulento e você riem messiânicos ser matado, em seguido, para ou exército romano. Para instinto de fé de um e de sobrevivência, segurou dele / ela toda vez em de mais para para promessas de ás dois velhos de profetas e, com de sendo guia para previsões apocalíptico, esperou dele / ela para vinda fazem Reino de goste de Deus de liberação de todo o injustiças de ás.

E ou qual é para lição que você você conduz que dois vanguarda se agrupa que eles tiraram daquela massa adesão que para deu de cidade, primeiro, para ou turbulento e, faz depois, pare você ri messiânicos? Em cronometram disto de naquele de reconhecer critica ao próprio liderato deles / delas, tentaram deles para eliminar e neutralizar qualquer o líder popular que respondeu à autoridade deles / delas.

É dentro de faça contexto você se dá impasse histórico de falta de saída absoluta pára a cidade e antes de ele/ela desse urgência de saída de uma de achar antes de muita que leva que você surgiram de profetas ou Juan e Jesus como uma nova claro de horizonte de non de esperança dá cidade que era. Eles são overalls três pontos que você / eles fica transparente, de modo de um simples e popular, nesses é você artigos de rezar profético: 1. A pessoa critica ou modo de ao radical como você os líderes oficiam dirigiu cidade de à; 2. Um increencia nas direções e nós então de adotados de métodos amarraram saída de uma de achar que pára a cidade; 3. Uma proposta nova e mais radical para economizar à recapturar cidade a Missão.

1. A pessoa critica ou modo de ao radical como você os líderes oficiam dirigiu cidade de à. Você convidaram de profetas cidade de à para deixar ao de Jerusalém abandona rumo a Jordan e pára ou Monte de Garizim. Anunciaram de Eles ou outono dão paredes de Jerusalém, símbolo de força e de ser capaz para. Eles quiseram redescobrir você utensílios que velhos sagrado dá vezes de Moses. Este um de contiveram de exortações que criticam muito à situação estabelecida forte, centrou. redor de ao dá cidade de Jerusalém e você homens velhos deles / delas e redor de ao fazem templo e ou sacerdócio deles / delas. Dizer de Quer, ou Jesus fez forte de muito crítico contra ou modo como ou pharisee e você dirigiu de escriturários cidade de à (Mt 23,1-39).

2. Um increencia nas direções e nós então de adotados de métodos amarraram saída de uma de achar. Você profetas tiraram uma lição dão história. Eles não proclamaram uma pura e simples revolta como Pitolao e Ezequías, nem eles não iriam atrás de dois pretendentes para ou trono como ou Alejandro e Aristóbulo que quiseram de só ou dá poder a para pessoal de vantagem. Eles não convidaram cidade de à para guerra santa de uma contra você opressores, como fizessem deles ri messiânicos. E com de cheio de embora ou zelo param por causa de Deus (Jn 2,17), tiveram de não deles para ciumenta de mentalidade de Judas e Sadoq. Em cronometram de um de fazer implanta uma de em de novo morta filial, você tentaram de profetas para voltar a vida à filial. Eles propuseram uma direção diferente, mais radical.

3. Uma proposta nova e mais radical para economizar cidade de à e recapturar a missão. Você convidaram de profetas cidade de à para ir para ou eu abandono, isto é, isto de convidaram deles para vezes de às de voltar fazem Êxodo, de Moses, para ou ou período de quarenta ânus-velho eu não abandono naquele Deus caminhou com para cidade e concluiu dele de com para Aliança. Eles quiseram voltar ao tempo de Joshua que águas de ás de dividiu de Jordan, passagem de uma de abriu dele / ela de forma que para aconteceu de cidade, ocupou para terra e fez dele / ela é paredes de ás de Jericho, símbolo faz para ser capaz para e ele/ela dá força dois que você ri de Canaán. Eles quiseram voltar ao começo reinados fazem de David, pastor de mim riu, ou eu ri idealizou como imagem e instrumento faça Reino de Deus. Em uma palavra, você profetas quiseram voltar às origens, hora de na dá fidelidade fazem primeiro amam, faça começo fazem namoro, eu amarrei antes de ele/ela desse onde de bifurcação ou desgobernado de levaram de cidade a direção perdida que deu dele / ela ou impasse que deu. Você olharam de profetas para ou passado, mas não deles eram nostálgico. Para eles, ou passado é para arraigar presente fazem e prova ou futuro. Baseado em uma compreensão nova sendo dá eu Li de Deus, quiseram deles para reconstituir ou tecido social dá base, reconstruir Aliança, reiniciar novamente de tudo.


Bibliografia

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