Edificacion

viernes, 21 de mayo de 2010

MÁS MINISTERIOS EN EL CUERPO DE CRISTO


Hay otros muchos ministerios que son apoyados por la Escritura. Con una poca de imaginación podemos añadir otras funciones a nuestra lista.

1. Intercesión
La oración y el ayuno en favor de otros han sido siempre poderosos, aunque a menudo se hagan a un  lado, ministerios en la Iglesia.

2. Hospitalidad
Una cálida bienvenida en un hogar cristiano ha sido de gran bendición a muchas vidas. Muchos ejemplos pueden ser encontrados en la Escritura.

3. Visitación
Podemos llevar el amor de Dios a otros cuando no pueden venir hasta nosotros. Debemos visitar a los enfermos, las personas de edad, los solitarios e incluso los que están en prisión, pues Jesús desea que los alcancemos a todos.

4. Preocupación Social
Dios desea con gran ahínco que alcancemos a los pobres y a los necesitados, a los que han sido expulsados o rebajados. Él puede tocarlos sólo a través de nosotros.

5. Literatura
El poder de la palabra escrita es muy grande. Dios ha dado el don de escribir a muchos. Se extiende desde las cartas personales hasta la publicación de artículos y libros. Requiere mucho esfuerzo pero las recompensas son grandes.

6. Medios Modernos De Comunicación
Se han realizado muchos avances en radio, películas, televisión y otros campos de comunicación. Estos son métodos modernos mediante los cuales podemos testificar. Dios ha dado capacidad y entrenamiento a creyentes que desea utilizar de manera creativa. Si no nos movemos en estas áreas para Dios, el diablo estará encantado de tomar nuestro lugar.

7. Arte
El favor que Dios ha dado a la música cristiana, ha sido una gran bendición durante años. Es hora de que otras formas artísticas vuelvan plenamente al santo propósito de Dios. Pueden ser tocadas por el Espíritu de Dios para ayudarnos a enseñar, a enriquecer nuestra adoración y mejorar nuestro testimonio para el mundo. Ya no será el arte por amor al arte, sino el arte para la gloria de Dios.

8. Reconciliación
“Reconciliar” significa unir en paz a aquellos que han sido enemigos. En primer lugar, por supuesto, está la paz de una persona con Dios.

Después, es necesario estar en paz los unos con los otros. Esto es verdad de una manera muy especial en la Iglesia. La hostilidad y la contienda entre creyentes es como una dolorosa herida en el Cuerpo de Cristo. No es extraño que las Escrituras declaren: “Bienaventurados los pacificadores...”.


Reino de los Cielos

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