Edificacion

miércoles, 3 de marzo de 2010

SALMO 107

Den gracias al Señor, porque el es bueno

Su gran amor perdura para siempre.

Que lo digan los redimidos del Señor,

A quienes redimió del poder del adversario

A quienes reunió de todos los países,

De oriente y de occidente, del norte y del sur

Vagaban perdidos por parajes desiertos

Sin dar con el camino a una ciudad habitable

Hambrientos y sedientos

La vida es les iba consumiendo

En su angustia clamaron al Señor,

Y él los libro de su aflicción.

Los llevo por el camino recto

Hasta llegar a una ciudad habitable.

Que den gracias al Señor por su gran amor

Por sus maravillas a favor de los hombres

¡El apaga le sed del sediento,

Y sacia con lo mejor al hambriento!

Afligidos y encadenados,

Habitaban en las mas densas tinieblas

Por haberse rebelado contra la palabra de Dios,

Por menospreciar los designios del Altísimo

Los sometió a trabaos forzados

Tropezaban y no había quien los ayudara.

En su angustia clamaron la Señor,

Y el los salvo de sus aflicción.

Les saco de las sombras tenebrosas

Y rompió en pedazos las cadenas.

¡Que den gracias Al Señor por su gran amor

Por sus maravillas a favor de los hombres!

¡Él hace añicos las puertas de bronce

Y rompe en mil pedazos las barras de hierro!

Trastornados por su rebeldía

Afligidos por su iniquidad,

Todo alimento les causaba asco

¡Llegaron a las puertas mismas de la muerte!

En su angustia clamaron al SEÑOR,

Y les salvo de sus aflicción.

Envió su palabra para sanarlo,

Y asi los rescato del sepulcro.

¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor

Y por sus maravillas a favor de los hombres!

¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud,

Y jubilosos proclamen sus obras!

Se hicieron a la mar en sus barcos;

Para comerciar surcaron las muchas aguas.

Alli, en las aguas profundas,

Vieron las obras del SEÑOR y sus maravillas.

Habló Dios y se desato un fuerte viento

Que encrespo las olas

Que subían los a los cielos y bajaban al abismo.

Ante le peligro, ellos perdieron le coraje.

Como ebrios tropezaban, se tambaleaban;

De nada les valia de toda su pericia.

En su angustia clamaron al SEÑOR,

Y el les saco de su aflicción.

Cambio la tempestad en suave brisa;

Se sosegaron las olas del mar

Ante esa calma se alegraron,

y Dios los llevo la puerto anhelado .

¡Que den gracias al Señor por su gran amor,

Por sus maravillas a favor de los hombres!

¡Que los exalten en la asamblea del pueblo!

¡Que lo alaben en el concejo de los ancianos!

Dios convirtió los ríos en desierto s,

Los manantiales en tierra seca,

Los fértiles terrenos en tierra salitrosa,

Por la maldad de sus habitantes

Convirtió el desierto en fuentes de agua

La tierra seca en manantiales;

Hizo habitar alii a los hambrientos

Y ellos fundaron una ciudad habitable

Sembraron campos, plantaron viñedos,

Obtuvieron abundantes cosechas.

Dios los bendijo y se multiplicaron,

Y no dejo que menguaran sus rebaños

Pero si merman y son humillados,

Es por la opresión, la maldad y la aflicción.

Dios desdeña a los nobles

Y los hace vagar por desiertos sin senderos.

Pero a los necesitados los saca de sus miserias.

y hace que sus familias crezcan como rebaños.

Los rectos lo verán y se alegraran.

Pero todos los impíos serán acallados.

Quien sea sabio, que considere estas cosas

Y entienda bien el gran amor del Señor.

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